sábado 19 de abril de 2025 - Edición Nº65

El Bardo de Siempre | 12 abr 2025

GOLPE AL BOLSILLO

Desde enero, Mi BUS recibió 700 millones de subsidios, y ahora quiere aumentar el boleto

El intendente Walter Cortés acaba de firmar la Resolución 00000669-I-2025. Números, burocracia, papeles. Detrás de esos ceros: una audiencia pública que se celebrará el 30 de abril, miércoles, 18 horas, en la Sala de Prensa municipal. Detrás de esa audiencia: Amancay SRL quiere aumentar el boleto de colectivo. El boleto cuesta ahora 1.612 pesos. La empresa quiere más. No dice cuánto más, pero quiere más.


Por: Bache3000

Hay ciudades donde el transporte público es un laberinto de subsidios y deficiencias. Bariloche es una de ellas.

(Un país es lo que revela el estado de su transporte público).

EN BARILOCHE, el intendente Walter Cortés acaba de firmar la Resolución 00000669-I-2025. Números, burocracia, papeles. Detrás de esos ceros: una audiencia pública que se celebrará el 30 de abril, miércoles, 18 horas, en la Sala de Prensa municipal. Detrás de esa audiencia: Amancay SRL quiere aumentar el boleto de colectivo. El boleto cuesta ahora 1.612 pesos. La empresa quiere más. No dice cuánto más, pero quiere más.

Mientras tanto: 6 de enero: 27.924.418,90 pesos.

10 de enero: 28.328.952,36 pesos.

20 de enero: 35.997.543,78 pesos.

25 de enero: 35.317.963,94 pesos.

12 de febrero: 70.000.000 pesos (adelanto del subsidio provincial).

19 de febrero: 37.121.215,16 pesos.

25 de febrero: 35.297.115,18 pesos.

28 de febrero: 36.528.503,66 pesos.

7 de marzo: 33.229.541,55 pesos.

14 de marzo: 31.057.569,91 pesos.

21 de marzo: 35.791.042,18 pesos.

28 de marzo: 33.558.062,43 pesos.

8 de abril: 30.365.403,99 pesos.

11 de abril: 200.000.000 pesos (otro adelanto del subsidio provincial).

Total: 699.517.332,14 pesos.

(Para entenderlo: son casi 700 millones de pesos en poco más de tres meses).

PERO LOS COLECTIVOS no aparecen. O aparecen tarde. O no pasan por algunas calles. O están viejos. O están llenos. O simplemente no están.

Anunciaron 20 unidades nuevas. Legaron. Llegaron y no se notó.

Las promesas son como los colectivos que no se ven en el horizonte: siempre a punto de llegar. El contrato entre la Municipalidad y la empresa —esa declaración de intenciones nunca cumplida— dice que los colectivos deben ir por determinadas calles. No van.

La empresa dice: hay violencia en algunos barrios. La solución, según ellos: no enviar colectivos. El problema, según miles: quedarse sin transporte.

(Un barrio sin colectivo es un barrio detenido, anclado, inmovilizado).

LOS COLECTIVOS AHORA SON NARANJAS. El mismo naranja del partido del intendente Walter Cortés. Las casualidades no existen; las causalidades, sí. Un naranja que recorre las calles como publicidad móvil del poder de turno. Marketing sobre ruedas.

El servicio empeora, pero se pinta de colores más vivos. La paradoja argentina: todo más bonito, todo más precario.

ENTONCES LA AUDIENCIA. Los vecinos irán —algunos, no todos: a las seis de la tarde muchos todavía trabajan—. Hablarán sus tres minutos reglamentarios. Dirán lo que sabemos: que el servicio es malo, que los colectivos no pasan, que ya pagan demasiado, que no quieren pagar más.

La empresa presentará sus números. Dirá: inflación, costos, salarios, repuestos, combustible. Lo mismo de siempre.

Alguien preguntará por los casi 700 millones. Alguien dirá: ¿por qué más?

(Las audiencias públicas son ese ritual democrático donde todos hablan y pocos escuchan).

LOS BARILOCHENSES siguen esperando en las paradas. Esperan el colectivo que llega tarde o no llega. Esperan un servicio que no mejora pese a los millones. Esperan mientras miran el reloj, calculando cuánto tardarán en llegar a sus trabajos, a sus casas, a sus vidas que siguen mientras esperan.

El colectivo naranja aparece al fin en el horizonte. Viene lleno. Pero sube igual la gente, como puede. El transporte en Bariloche —y en Argentina— es también eso: un ejercicio de resistencia, de adaptación, de resignación.

Al final, como siempre, alguien decidirá si el boleto sube. Y la vida seguirá, con sus colectivos impuntuales y sus esperanzas demoradas. Porque en Bariloche (y Agentina), al fin y al cabo, todo es una eterna espera de algo que siempre está por venir.

Un ciudad se define por cómo trata a los que esperan.

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