Por: Bache3000

"Nos necesitamos", dicen unos y otros, aunque por razones distintas. Juntos hoy parece un archipiélago político donde cada isla desconfía de la vecina. Ya no lideran, tal vez ni quieran hacerlo. Entonces Cortés aparece con algo tangible: un gobierno local, algo de poder territorial, votos (aunque pocos) pero concretos. En la política, siempre es mejor algo que nada.

Lo ofrece todo para las próximas elecciones nacionales: apoyo para diputados y senadores. No es casualidad. Agustín Domingo, el diputado nacional que opera como asesor del intendente y colocó a la secretaria de Economía, parece el puente perfecto. Si Domingo vuelve a ser candidato, el respaldo de Cortés resulta lógico. La fusión de espacios, inevitable. Domingo empuja; Cortés asiente.

Y Cortés, hay que decirlo, no nada precisamente en opciones. El intendente de Bariloche camina por una cuerda floja: necesita al gobierno provincial para respirar, le urgen los votos de los concejales para no quedar paralizado, y carece de funcionarios propios para armar un equipo sólido. Su PUL es más un esquema administrativo que estructura política.

Los libertarios le dan la espalda, excepto Scioli, pero ese es un vínculo personal, casi íntimo, no una alianza estratégica. Mientras tanto, la gestión municipal hace equilibrio en el alambre.

Lo que añora Cortés, en el fondo, es un refugio. Un proyecto que lo contenga, que frene el caos que le crece entre las manos. Juntos aparece como ese salvavidas en medio de la tormenta, aunque venga con algunas goteras.

Pero la política rara vez es un matrimonio por amor. El resto de los espacios de Juntos miran con recelo. Algunos no toleran la gestión de Cortés; otros rechazan su estilo frontal, directo, a veces áspero. Se preguntan en voz baja: "¿Qué haremos con este intendente que no sabemos domesticar?"

Mientras tanto, Bariloche observa. La ciudad parece el escenario donde dos actores políticos ensayan un abrazo que ninguno está seguro de querer dar, pero que ambos necesitan para sobrevivir la próxima temporada electoral.