Por: Bache3000
El ministro de Gobierno, Trabajo y Turismo, Fabián Gatti, justificó las modificaciones como necesarias para "consolidar un marco legal funcional" que permita la implementación progresiva de la ATUR. Entre las reformas se incluye una cláusula transitoria de un año que mantiene operativa la Secretaría de Turismo mientras la agencia se constituye, la incorporación de nuevas figuras al directorio y la inclusión de Playas Doradas en la representación atlántica.
Gatti admitió que las modificaciones buscan "subsanar complicaciones en el funcionamiento de la ATUR y la transición del personal", reconociendo implícitamente los problemas que han impedido su puesta en marcha. El legislador Facundo López (JSRN) intentó minimizar la situación, explicando que la cláusula transitoria fue "acordada con los privados" para dar un plazo razonable de análisis.
La oposición no perdió la oportunidad de señalar lo evidente: después de tanto anuncio, la ATUR sigue sin funcionar. La legisladora María Laura Frey (PRO) cuestionó la "poca seriedad en el proyecto" y los constantes "retrasos", alertando que la temporada de verano "fue pérdida" y la de invierno ya está encima.
Ana Marks (Vamos con Todos) fue más directa al calificar la situación turística actual como una "crisis enorme, sin precedentes", criticando que la cláusula transitoria implique "un año más de falta de claridad" sobre el funcionamiento de la agencia.
Por su parte, Yolanda Mansilla (Primero Río Negro) argumentó que la ley original ya daba herramientas suficientes para que la ATUR funcionara mediante convenios, haciendo innecesaria esta nueva modificación.
La situación resulta paradójica: mientras los funcionarios aseguran que "la ATUR ya está en marcha, con su directorio constituido", la realidad muestra una agencia que no tiene cuenta bancaria propia y cuyos fondos siguen siendo manejados por la Secretaría de Turismo "como siempre".
Al final de tanto revuelo legislativo, promesas de renovación y debates sobre el futuro del turismo provincial, la ATUR permanece como un proyecto que no logra concretarse, dejando al sector turístico rionegrino en la misma situación de siempre: esperando cambios que no llegan.