sábado 07 de junio de 2025 - Edición Nº114

El Bardo de Siempre | 6 jun 2025

MÚLTIPLE CAMPEÓN DE SKI DE FONDO

Falleció "El Chueco" Demetrio Velázquez, leyenda del esquí argentino y pionero del montañismo

El mundo del deporte nacional está de luto. Ayer falleció Demetrio "El Chueco" Velázquez, uno de los grandes nombres del esquí de fondo argentino y figura fundamental en el desarrollo del montañismo moderno en nuestro país. Tenía 75 años y dejó un legado imborrable en la historia del deporte de montaña nacional.


Por: Bache3000

Velázquez, quien junto a Bautista Barrientos fue fundador de la escuela de montaña que posteriormente se municipalizó, se convirtió en una figura legendaria del esquí nórdico argentino al conquistar siete títulos nacionales de esquí de fondo entre 1972 y 1979, además de tres campeonatos argentinos de biatlón en 1975, 1976 y 1977. Pero su contribución al deporte trasciende ampliamente sus logros deportivos.

Nacido el 22 de febrero de 1950 en Leandro Alem, Misiones, en el seno de una familia muy humilde de inmigrantes paraguayos, la vida de Velázquez cambió radicalmente cuando decidió ingresar a la Escuela de Suboficiales "Sargento Cabral". Tras egresar como cabo en 1968 y realizar un curso de blindados, el destino lo llevó a San Martín de los Andes en 1978, donde descubriría su pasión por la montaña y la nieve.

"Llegué a San Martín de los Andes en 1978 y al año siguiente vine a la Escuela Militar de Montaña de Bariloche", recordaba el propio Velázquez. Fue allí donde Francisco Jerman, legendario entrenador, lo seleccionó para integrar el grupo de esquí del Ejército que competiría en Chile. "Don Francisco Jerman fue quien dijo 'ese Chueco va a andar'", rememoraba con cariño en entrevistas a medios locales.

A partir de ese momento comenzó una carrera deportiva extraordinaria que lo llevó a competir en diferentes países del mundo. Viajó a Finlandia para realizar cursos de instructor de esquí, participó en campeonatos mundiales en Suecia, compitió en Suiza y Austria, y representó al país en múltiples competencias internacionales. Su dedicación era tal que en 1974, cuando el Ejército le negó los permisos para competir en el mundial de Suecia, el general Balda lo licenció especialmente para que pudiera participar.

Su compromiso con el deporte lo llevó también a la Antártida, donde en 1979 pasó 13 meses como parte de la dotación fundadora de la base Belgrano 2, una experiencia que marcó profundamente su vida. "Vivimos un mes en carpa hasta que hicimos el rancho", recordaba sobre aquellos duros pero memorables días en el continente blanco.

Como entrenador y dirigente deportivo, Velázquez fue incansable. En Ushuaia desarrolló el esquí de fondo cuando aún no existía el alpino en la zona, trabajando junto a figuras como Giro Tupper en Tierra Mayor. Organizó el primer intercambio internacional del Club Andino Ushuaia con el Club Pirineista Mayencos de Jaca, España, llevando a 14 jóvenes en una gira europea de dos meses que incluyó competencias en el prestigioso Topolino y el Mundial de Biatlón en Finlandia.

De regreso en Bariloche, se hizo cargo del Club de Montaña Cazadores de los Andes, donde democratizó el acceso al esquí abriendo las puertas a chicos que no tenían padres en el Ejército. Con la ayuda de Raúl José y el apoyo del Teleférico del Cerro Otto, logró que hasta 80 jóvenes pudieran practicar esquí sin cargo, formando a futuras generaciones de deportistas.

Su trabajo en la FREM (Federación Rionegrina de Esquí y Montañismo) junto a figuras como Wálter Luzzardi, Carlos Perlinger y Vicente Ojeda fue fundamental para el desarrollo del esquí en la región. Bajo su tutela pasaron numerosos esquiadores que luego integraron el equipo nacional, incluyendo a los Usandizaga, Lantschner, Demian Asuad, Natacha Vázquez, las hermanas Lovece y los hermanos Rolandi.

Pero quizás su mayor legado sea su rol como rescatista de montaña y cofundador, junto a Bautista Barrientos, de la escuela de montaña que posteriormente se municipalizó, convirtiéndose en uno de los pilares del montañismo moderno argentino. Su conocimiento de la montaña, forjado en años de competencia y exploración, se tradujo en la formación de generaciones de montañistas y rescatistas.

"Yo siempre voy a ser un agradecido al mundo que descubrí", decía Velázquez en una de sus últimas entrevistas. "Nací en el norte, con calor, andaba descalzo porque mis padres no tenían para comprar zapatillas, la vida militar al principio me maltrató, pero hoy le doy gracias a la institución, porque hice todo lo que hice".

Casado con Ema Roa desde 1971, Velázquez fue padre de cinco hijos: Nilda, Laura, Rubén y los gemelos Lucas y Francisco. Siempre creyente, sostenía que "el deporte es tan primordial para la juventud, haciendo deporte los jóvenes dejan de perder el tiempo en cosas que no lo tienen que perder, un chico deportista es un chico sano".

La partida de "El Chueco" Velázquez representa el final de una era en el deporte argentino. Su figura trasciende los títulos conquistados para instalarse como la de un verdadero constructor del deporte nacional, un hombre que desde la humildad y el trabajo constante logró abrir caminos para las futuras generaciones. El montañismo y el esquí argentino pierden a uno de sus grandes referentes, pero su legado perdurará en cada pista trazada, en cada rescate realizado y en cada joven que se acerque a la montaña inspirado por su ejemplo.

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