

Un espectacular robo conmocionó a Bariloche cuando delincuentes se apoderaron de un verdadero arsenal de armas y una importante suma de dinero en divisas. Según pudo saber Bache3000, el robo no fue a la empresa Algarrobal, sino a una distribuidora tercerizada que funcionaba en instalaciones alquiladas dentro del predio de la empresa, ubicada en el sector del Alto de la ciudad.
La clave para entender este millonario golpe radica en que el robo no ocurrió en las instalaciones propias de Algarrobal, sino en un galpón que la familia Ayala, propietaria de la empresa de transporte, había alquilado a terceros. Los Ayala habían liberado uno de sus galpones que anteriormente utilizaban para colectivos y se lo arrendaron a una distribuidora que manejaba diversos productos, incluyendo armamento para armerías locales.
Esta distribuidora tercerizada se encargaba de traer armas destinadas al abastecimiento de casas de armas de la región, pero también manejaba otros rubros como la importación de cubiertas, repuestos de maquinaria y equipos diversos. La empresa tenía una operación mixta que incluía desde retroexcavadoras pequeñas hasta armamento, lo que explicaría la variedad de mercaderías y el importante flujo de dinero en efectivo que manejaban.
El hecho se registró minutos antes de las 20 horas cuando los autores ingresaron tras forzar una de las ventanas del galpón donde funcionaba la distribuidora. El millonario botín incluye 32 armas cortas, 46 armas largas tipo escopetas y fusiles con municiones, además de una caja fuerte que contenía 160 mil dólares, 50 mil euros, 1.500 libras esterlinas y 3 millones de pesos chilenos. Los delincuentes también sustrajeron una camioneta Renault Oroch que se encontraba en el predio.
La naturaleza tercerizada del negocio resulta fundamental para comprender cómo los delincuentes tenían información tan precisa sobre la existencia de armas y dinero en el lugar. No solo conocían la ubicación exacta del galpón donde funcionaba la distribuidora dentro del extenso predio de Algarrobal, sino que también sabían sobre los horarios y la ausencia de vigilancia específica para esta actividad comercial independiente.
Los investigadores de la Comisaría 28° trabajan con la hipótesis de que se trató de un golpe planificado específicamente contra esta distribuidora, aprovechando el conocimiento interno sobre su funcionamiento y la mercadería que manejaba. La empresa Algarrobal, dedicada al transporte de mercaderías, solo proporcionaba el espacio físico mediante contrato de alquiler, sin estar involucrada en las actividades de distribución que desarrollaba la empresa inquilina.
Las autoridades han solicitado la colaboración ciudadana para localizar tanto la camioneta Renault Oroch sustraída como cualquier información que pueda conducir a la captura de los responsables de este audaz golpe contra la distribuidora tercerizada.