miércoles 18 de junio de 2025 - Edición Nº125

El Bardo de Siempre | 17 jun 2025

EL MÉTODO BRECCA

El gobierno ofreció devolverle su empleo a cambio "silenciar" la denuncia: los denunció por extorsión

La habíamos apodado X, de 51 años, quien denunció (junto a otros cinco empleados municipales) al funcionario político de la Delegación El Cóndor, Jaime Brecca. En esta oportunidad, reveló en Radio Con Vos que le ofrecieron devolverle el trabajo a cambio de "congelar" la denuncia contra delegado. En lugar de aceptar, los denunció por extorsión.


Por: Bache3000

X, una empleada municipal de 51 años, relató en una entrevista con el programa "Nada Personal" de Radio Con Vos las presiones que sufrió para que retirara una denuncia judicial contra Jaime Brecca, delegado del barrio El Cóndor. El caso, expone un mecanismo de presión institucional que terminó con una denuncia por extorsión contra quienes intentaron silenciar a la víctima.

Jaime Brecca aparece en actos oficiales, en videos institucionales, y en las últimas semanas como el victimario de varios empleados del municipio, que lo denunciaron por los brutales tratos que recibian de su parte: oler mujeres cuando ingresaban a su horario de trabajo, pasar a disponibilidad a personas que antes nunca habían tenido inconvenientes en su puesto, y perseguir a quien criticara algo de su accionar.  Todo esto le valió varias denuncias, que no tuverion más que silencio por parte de la gestión de walter Cortés.

 Según el relato de X, el "delegado del barrio El Cóndor", comenzó a implementar una política de división y control sobre los empleados municipales. "Entraba todas las mañanas diciendo que el que se las manda se iba sin contrato", describiendo un ambiente de amenazas diarias.

El delegado, según el testimonio, implementó restricciones sistemáticas: prohibió la participación en  reuniones, quitó derechos laborales, y llegado el punto de realizar empujones y quitar llaves de oficinas a los empleados. Una de las prácticas más crueles fue cerrar una oficina donde los trabajadores se calefaccionaban durante las frías mañanas barilochenses, obligándolos a esperar a la intemperie.

"Es un mono con navaja", definió X a Brecca, señalando que sus acciones estaban respaldadas por el intendente Walter Cortés, lo que le daba impunidad para continuar con el hostigamiento.

A principios de año, cuando el contrato de X venció el 31 de enero y no fue renovado acusándola de "confrontar" al funcionario político, ella y varios compañeros de trabajo radicaron denuncias en la justicia ordinaria por persecución y malos tratos. El caso se enmarca en un contexto más amplio de tensiones laborales en la municipalidad barilochense, donde el intendente Walter Cortés ha enfrentado diversas controversias (y denuncias en la justicia) durante su gestión.

X continuó con su tratamiento psicológico mientras mantenía la denuncia judicial, hasta que un concejal se ofreció a ayudarla a negociar una solución.

El momento clave llegó cuando se organizó una mesa de negociación en el Concejo Deliberante. Participaron un concejal, abogados y un representante del área de contralor municipal. La propuesta era clara y directa: le devolverían el contrato laboral a cambio de dejar la denuncia en "stand by".

"Prácticamente me extorsionaron", explicó X. "En vez de ayudarme, en vez de contenerme, me vienen a extorsionar siendo yo la víctima." La oferta incluía reinstalarla en un lugar alejado de su domicilio, en Parque Llao Llao, con funciones diferentes a las que venía desempeñando y con un contrato que no sería anual como los anteriores.

En lugar de aceptar la propuesta, X tomó una decisión que sorprendió a todos los involucrados: no solo mantuvo la denuncia original, sino que presentó una nueva denuncia por extorsión contra quienes intentaron silenciarla.

"Muchos dirán: qué tonta, por qué no agarró", reflexionó durante la entrevista radial. "Pero mi dignidad no se negocia, ni tampoco la de mis compañeros." Con 51 años y sin trabajo, X eligió mantener su integridad moral por encima de la estabilidad económica.

La nueva denuncia por extorsión fue presentada en el mismo tribunal donde tramita la causa original, lo que provocó que todas las negociaciones quedaran sin efecto.

El caso de X no es aislado en la gestión municipal barilochense. En los últimos años, la municipalidad ha enfrentado diversas denuncias por presuntos casos de corrupción y malos manejos, incluyendo acusaciones sobre compras con sobreprecios y otras irregularidades administrativas, como el pago millonario a una empresa vinculada a abogados ceracanos al intendente Cortés.

X continúa desempleada, sostenida económicamente por el gremio de empleados municipales, mientras espera que la justicia se expida sobre ambas denuncias. Sus compañeros siguen trabajando bajo las mismas condiciones de hostigamiento, esperando afuera en las mañanas frías porque mantienen cerrada la oficina donde solían calefaccionarse.

El delegado Jaime Brecca continúa en su cargo, respaldado institucionalmente y realizando sus actividades normalmente, incluyendo participación en actos oficiales como el reciente aniversario del Tiro Federal Bariloche.

La historia de X expone un mecanismo perverso por el cual las instituciones públicas intentan convertir a las víctimas en cómplices de su propio silenciamiento. La propuesta de "congelar" la denuncia a cambio del trabajo constituye, según su interpretación y la de sus abogados, una forma de extorsión institucional.

"Ese personaje va a seguir estando ahí, va a seguir maltratando", advirtió la denunciante, señalando que el problema no se resolverá mientras exista impunidad desde las más altas esferas municipales.

El caso permanece en la justicia, donde se espera una resolución después del receso invernal, mientras X mantiene su postura: "Mi dignidad no se negocia".

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