

Por: Bache3000
El edil de Primero Río Negro había presentado un proyecto de ordenanza que contemplaba la suspensión temporal de la RTO, exceptuando únicamente al transporte público y de cargas. Su argumento se basaba en que "se exige revisiones técnicas cuando el estado de las calles deteriora constantemente los automóviles que circulan", en una ciudad que cuenta con uno de los mayores parques automotores de la provincia de Río Negro.
Sin embargo, la cobertura periodística tomó un rumbo particular. Un medio local vinculado al oficialismo consultó a Daniel Piñón, ingeniero mecánico de la empresa encargada de realizar las inspecciones técnicas vehiculares, quien naturalmente defendió la continuidad del sistema que genera los ingresos de su compañía.
Piñón fue tajante al advertir que prescindir de la RTO "representa un riesgo para la ciudad, ya que puede llevar a fallas mecánicas no detectadas que aumentan la probabilidad de accidentes y daños mayores a los vehículos". El profesional detalló que la RTO es un proceso de inspección obligatorio diseñado para garantizar que los vehículos cumplan con estándares de seguridad y emisiones. Según su análisis, no realizarla puede derivar en un aumento de accidentes por fallas mecánicas no detectadas en frenos, dirección o neumáticos, además de generar daños mayores al vehículo cuando problemas menores se agravan por falta de detección temprana. También alertó sobre el impacto en la contaminación ambiental, ya que la RTO verifica las emisiones de gases contaminantes.
Desde la empresa encargada de realizar las inspecciones técnicas, defendieron su labor con argumentos que reconocen las particularidades locales: "Nosotros verificamos todos los detalles para que el rodado circule por la ciudad. No vivimos en Alemania, pero los vehículos que tenemos están preparados para circular en los caminos que nosotros tenemos".
El representante de la empresa admitió que existen caminos en mal estado que afectan el funcionamiento del sistema de suspensión, mencionando específicamente los "serruchitos", fenómeno que se produce por resonancia y que lleva la suspensión al límite, dañando el trabajo realizado por la maquinaria vial en poco tiempo. "Esto se mejoraría si todos tuviéramos los amortiguadores en buen estado en nuestros vehículos", concluyó.
La posición del medio parece estar clara, aunque no necesariamente refleje una postura oficial del municipio. Tras la entrevista al representante de la empresa que cobra por realizar las RTO, la nota periodística sentencia categóricamente: "Queda claro que lo expuesto en la propuesta del Idil (SIC) F. Villalba carece de facultad a la hora de llevar adelante dicho proyecto". Una conclusión que resulta curiosa, considerando que quien defiende el sistema es precisamente quien tiene intereses económicos en su continuidad.
El debate pone en evidencia no solo dos realidades técnicas, sino también los entramados de intereses que rodean las decisiones públicas. Por un lado, el deterioro real de las calles barilochenses que genera mayor desgaste en los vehículos; por otro, un sistema de control que genera ingresos significativos para empresas privadas. La discusión promete continuar en el Concejo Deliberante, donde se definirá si prevalecen los argumentos técnicos, los intereses económicos, o efectivamente las necesidades de los ciudadanos que transitan por calles cada vez más deterioradas.