

Por: Bache3000
Así que el 20 de junio es feriado, ¿eh? Los nenes juran lealtad a un pedazo de tela mientras los adultos se emborrachan en un fin de semana largo. Los políticos se sacan fotos con cara de importancia. Se muestran patriotas. La vida es extraña y hermosa de esa manera.
Belgrano. Qué nombre para cargar toda una vida. Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Sus padres no se anduvieron con chiquitas. Nació en 1770 cuando Buenos Aires olía a barro y a sueños rotos, se hizo abogado porque alguien tenía que serlo, y terminó jugando a los soldaditos con banderas.
La cosa es así: en 1810 alguien le dijo "ey, necesitamos un símbolo para esta revolución sin rumbo" y Belgrano pensó "bueno, hagamos una escarapela celeste y blanca, en fin". Pero las escarapelas son pequeñas y en la guerra necesitas algo que se vea desde lejos, así que hizo una bandera. Primera regla de la vida: siempre pensá en grande o andate a casa.
Una tal María Catalina Echeverría cosió la primera. Imagínala ahí, con sus dedos trabajando la tela, sin saber que estaba fabricando historia. El 27 de febrero de 1812 la izaron en Rosario, junto al Paraná. El río siguió corriendo como si nada, porque los ríos saben que las banderas van y vienen, pero el agua es eterna.
El Congreso de Tucumán la aprobó oficialmente el 20 de julio de 1816, como si la burocracia pudiera hacer más patriótica una banderaque había visto sangre sobre la tierra. Belgrano se la llevó al Alto Perú y la perdió. Clásico. Muy argento. Creas algo hermoso y lo perdés en el camino. No apareció hasta 1883, como los amores que vuelven cuando ya no los esperas.
Belgrano murió el 20 de junio de 1820. Tenía 50 años y probablemente estaba cansado de tanto patriotismo. En 1938, más de un siglo después, alguien tuvo la brillante idea de hacer feriado el día de su muerte. Nada como celebrar la vida celebrando la muerte.
Pueyrredón le metió el sol en 1818. El Sol de Mayo, le dijeron, por la Revolución de 1810 y el dios inca del sol. Porque si vas a tener una bandera, mejor que tenga un dios adentro.
Ahora el sol tiene 32 rayos y es dorado como los dientes de los políticos. Las medidas oficiales son 1,40 por 0,90 metros, porque hasta la belleza necesita reglas en este país de locos.
En Rosario levantaron un monumento en 1957. Tardaron 59 años en terminarlo, desde que se les ocurrió la idea en 1898. Eso es Argentina: grandes ideas, ejecución lenta, pero al final siempre hacemos algo hermoso (sino preguntale a Messi).
La bandera original apareció en una capilla en Bolivia, perdida y encontrada como todos nosotros. Una está en Buenos Aires (custodiada en la ciudad de La Plata por la Universidad), la otra en Sucre. Incluso las banderas se separan y siguen caminos diferentes.
Y los chicos siguen jurando lealtad cada 20 de junio, mientras sus padres duermen la resaca del fin de semana largo. La vida sigue, la bandera flamea, el río corre, y todo está bien y está mal al mismo tiempo.
Así son las cosas. Así es Argentina.Así somos, che.