miércoles 02 de julio de 2025 - Edición Nº139

El Bardo de Siempre | 30 jun 2025

FRENTE A UNA IGLESIA

Estaba estacionada cuando dos autos chocaron contra ella: tuvo parto prematuro y ganó el juicio

Un accidente de tránsito que comenzó como una colisión entre dos vehículos terminó con consecuencias devastadoras para una mujer embarazada que se encontraba estacionada frente a una iglesia en Bariloche. La violencia del impacto la obligó a someterse a una cesárea de urgencia cuando cursaba apenas seis meses de gestación, y su hijo nació con bajo peso, permaneciendo internado durante casi un mes en terapia intensiva neonatal.


Por: Bache3000

La secuencia de hechos ocurrió en la calle Anasagasti, donde la víctima había detenido su automóvil frente a una parroquia. En ese momento, un conductor que salía marcha atrás desde un espacio de estacionamiento del Banco Nación impactó contra una motocicleta que circulaba por la misma arteria. La fuerza del golpe provocó que la moto fuera proyectada directamente contra la puerta del conductor del vehículo donde se encontraba la mujer embarazada.

El impacto fue tan violento que la embarazada debió ser trasladada de inmediato al hospital, donde los médicos determinaron la necesidad de realizar una cesárea de emergencia para salvar tanto su vida como la del bebé. La intervención quirúrgica no solo adelantó el nacimiento en tres meses, sino que dejó secuelas físicas permanentes en la madre, quien además desarrolló un trastorno de estrés postraumático crónico.

La Justicia civil de Bariloche acaba de dictar sentencia en el caso, condenando tanto al conductor del automóvil como al motociclista, junto con sus respectivas compañías de seguros. El fallo aplicó el régimen de responsabilidad objetiva que rige en accidentes de tránsito, lo que significa que no fue necesario probar la culpa de los conductores, sino únicamente que el hecho ocurrió y causó daños.

El juez a cargo del caso fue categórico al establecer que la víctima "no participó en modo alguno en la producción del accidente" y descartó cualquier hipótesis de caso fortuito o fuerza mayor. Aunque las versiones de ambos conductores sobre la mecánica del choque se contradijeron, el magistrado evaluó pericias técnicas, fotografías del lugar y testimonios para concluir que ninguno pudo demostrar que la culpa había sido exclusivamente del otro.

Las pruebas médicas y psicológicas fueron determinantes en la resolución del caso. Los especialistas confirmaron que la cesárea anticipada era la única alternativa para preservar la vida de madre e hijo, pero que la intervención dejó consecuencias físicas permanentes. Por su parte, el peritaje psicológico diagnosticó a la mujer con un trastorno de estrés postraumático de grado crónico leve, estableciendo un porcentaje de incapacidad psíquica.

El recién nacido, aunque no fue incluido formalmente en la demanda, presentó todas las complicaciones típicas de la prematurez y requirió cuidados intensivos durante casi un mes. Su bajo peso al nacer y la necesidad de internación prolongada son consecuencias directas del traumático accidente que sufrió su madre.

La sentencia reconoció una amplia gama de daños, desde los materiales del vehículo hasta el profundo impacto psicológico y las secuelas físicas permanentes. Los dos conductores responsables deberán pagar la indemnización en forma concurrente, mientras que las aseguradoras responderán dentro del alcance de sus respectivas coberturas.

El fallo, que aún puede ser apelado por tratarse de una sentencia de primera instancia, sienta un precedente importante sobre cómo la Justicia barilochense evalúa los accidentes de tránsito con víctimas que no participaron activamente en el siniestro. La aplicación de la responsabilidad objetiva permitió que la víctima obtuviera reparación sin necesidad de demostrar negligencia específica de los conductores involucrados.

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