lunes 07 de julio de 2025 - Edición Nº144

El Bardo de Siempre | 6 jul 2025

ÑAMI

Misterio: secuestraron carne de 8 Novillos, los dueños quisieron verificar la quema, y sólo aparecieron restos de uno

Una familia de productores ganaderos de la región denuncia graves irregularidades en el secuestro de más de 800 kilogramos de carne realizado por efectivos de la Policía Rural el pasado viernes por la noche en el ingreso a Comallo.


Por: Bache3000

Según el testimonio de los afectados, la carne secuestrada provenía de entre 7 y 8 novillos, toda en regla con las marcas correspondientes y con los boletos del propietario del campo. El único motivo del secuestro habría sido que la carne no estaba faenada en matadero, pese a contar con toda la documentación respaldatoria.

Según la denununciante, al momento del operativo, los efectivos policiales se llevaron la totalidad de la carne y únicamente solicitaron a los propietarios que se hicieran presentes durante la quema del producto. Les indicaron que debían presentarse en Pilcaniyeu el sábado por la mañana, donde supuestamente se procedería a la destrucción de la mercadería.

Los propietarios procedieron a contactar al jefe de la Policía Rural, el señor Osvaldo Painetru, cuyo número telefónico les había sido proporcionado por los efectivos. Sin embargo, la respuesta que recibieron fue que la carne ya había sido quemada esa misma noche del viernes, contradiciendo las instrucciones iniciales.

Pese a esta información, la familia se dirigió hasta Pilcaniyeu para buscar el lugar donde supuestamente habían sido depositados los restos de los animales. Al llegar al sitio indicado, se encontraron con una situación que consideran altamente sospechosa: en el pozo solo había un cuarto de costeleta y un costillar cortado con sierra, todo enterrado.

Los denunciantes se preguntan qué pasó con el resto de la carne, considerando que originalmente se trataba de más de 800 kilogramos de producto cárnico. La diferencia entre lo secuestrado y lo encontrado en el supuesto lugar de destrucción genera serias dudas sobre el destino final de la mercadería.

La familia exige una explicación oficial sobre el paradero de la carne faltante y cuestiona los procedimientos empleados por la Policía Rural en este operativo. Consideran que existe una clara desproporción entre lo que fue secuestrado y lo que efectivamente fue destruido, lo que podría configurar irregularidades en el manejo de la evidencia.

Este caso pone en evidencia la necesidad de mayor transparencia en los procedimientos de secuestro y destrucción de productos por parte de las fuerzas de seguridad, especialmente cuando se trata de bienes de considerable valor económico como en este caso.

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