

Por: Martín Pargade
Ricardo, quien prefirió mantener su apellido en reserva, es uno de los tantos pacientes oncológicos que padecen la falta sistemática de medicación en el hospital zonal. Su testimonio revela una realidad angustiante que se repite día tras día en el sistema de salud.
"Nosotros los oncológicos tenemos un subsidio a nivel nación. No nos puede faltar la medicación", explicó Ricardo durante una entrevista con Bache3000, visiblemente indignado por la situación. Sin embargo, la realidad es muy diferente: los faltantes son constantes y obligan a los pacientes a iniciar acciones legales para obtener lo que por derecho les corresponde.
El paciente describió un círculo vicioso que conoce demasiado bien: "Cada vez que a uno le falta medicación tiene que ir tres meses a pedir un amparo para que le den un mes la medicación. Después siguen los faltantes, es un juego". Esta situación se vuelve especialmente cruel cuando se trata de personas en estado terminal, donde cada día sin medicación puede ser decisivo.
Ricardo ya cuenta con un amparo judicial previo, pero debe renovarlo cada tres meses para garantizar el suministro de sus medicamentos. "Ahora voy a tener que irme, me dirijo al Poder Judicial a volver a hacer el amparo", señaló, evidenciando que el problema persiste sin solución de fondo.
La frustración del paciente se extiende hacia las autoridades locales y provinciales. "Creo que hay que decidir a quién darle. Si uno tiene más promedio de vida que le den", reflexionó, aunque aclaró que no quiere sonar "falso" al plantear esta dura realidad sobre la distribución de recursos escasos.
El testimonio también incluye una crítica a la gestión de medicamentos en farmacias, donde observa que se entregan medicamentos "a por doquier con gente que presenta documentos que no son de acá, que tienen dos documentos". Su planteo, aunque controvertido, refleja la desesperación de quien ve cómo la medicación que necesita para sobrevivir no está disponible.
"Como lo dijo el intendente en las pasadas, uno no puede invitar a gente de afuera a comer si en su propia casa no tiene que dar de comer a su gente. Primero nosotros", expresó Ricardo, reclamando que las autoridades prioricen a los pacientes locales.
La situación emocional de los pacientes oncológicos es devastadora. "Mi vida todos los días es un caos, sabes que te estás muriendo, que no tenés medicación. ¿Cómo puede ser la vida de cualquiera pensando en la muerte?", describió Ricardo con dolor. "Es angustiante, terrible, angustiante", agregó, resumiendo el estado psicológico que genera la incertidumbre sobre el acceso a tratamientos vitales.
Ricardo hizo un llamado a otros pacientes que atraviesan la misma situación: "Espero que se unan y escuchen esto y que hagan reclamos. Les digo que vayan directamente al Poder Judicial hacer un amparo, que vayan todos masivamente. No se queden en su casa desahuciados".
El paciente enfatizó que existe un marco legal que los ampara: "Esto es un amparo a nivel nación, esa ley nunca se sacó, está vigente". Sin embargo, denuncia que falta voluntad política para hacer cumplir la normativa: "Lo que pasa es que no mueven los hilos, los intendentes o los concejales".
La propuesta de Ricardo es clara: menos inversión en obras y más recursos para la salud. "Que se preocupen más en la salud, menos asfalto, menos gasto, menos protocolo, que dejen que la gente viva, que son derechos humanos", concluyó su testimonio.
El caso de Ricardo evidencia una problemática sistémica que afecta a pacientes oncológicos en todo el país, donde la falta de medicación no solo compromete la efectividad del tratamiento, sino que genera un sufrimiento adicional a personas que ya luchan contra una enfermedad terminal.
La situación demanda una respuesta urgente de las autoridades sanitarias para garantizar el cumplimiento de los derechos de los pacientes oncológicos y evitar que sigan dependiendo de amparos judiciales para acceder a medicamentos que deberían estar garantizados por el sistema de salud público.