martes 22 de julio de 2025 - Edición Nº159

Yo no lo voté | 21 jul 2025

Y QUÉ QUERÉ'

La fuga de funcionarios: el éxodo temprano en la gestión municipal de Bariloche

La gestión municipal de San Carlos de Bariloche vive una hemorragia silenciosa. No es la que se ve en las calles rotas o en los servicios que fallan, sino la que se escribe en papeles oficiales, en resoluciones que llegan una tras otra como partes de guerra: renuncias. Muchas renuncias. Demasiadas renuncias para una gestión que apenas lleva meses en el poder.


Por: Bache3000

Los números no mienten, aunque a veces prefieran susurrar. En julio pasado, dos resoluciones —la 1199 y la 1471— formalizaron lo que ya se rumoreaba en los pasillos del Civico: más funcionarios se van. Y no se van después de años de servicio, no se van por jubilación o por mejores ofertas. Se van rápido, muy rápido.

Ernesto Rodolfo Losert tiene una historia más compleja, como suelen ser las historias de la burocracia. Primero le dieron licencia sin goce de haberes desde julio de 2024, después lo designaron colaborador directo de la Subsecretaría de Servicios Generales. Pero el experimento no funcionó: renunció el 31 de mayo de 2025. La Resolución 1199 acepta su partida y deja sin efecto dos resoluciones anteriores, como quien borra con el codo lo que escribió con la mano.

Y después está Mariano Ramón Melfi, que llegó como Delegado a cargo de la Delegación Oeste (Catedral) y se fue por "razones personales" —esa fórmula tan elegante como vacía que usan todos cuando no quieren explicar por qué huyen. Su renuncia del 29 de abril fue aceptada el 18 de julio, dejando sin efecto la Resolución 267 que lo había designado.

Pero la lista no termina ahí. Pablo Del Río, subsecretario de deportes, también empacó sus cosas hace pocos días. Su historia tiene los ingredientes clásicos del fracaso burocrático: conflictos con el personal, problemas con los docentes del área, un arranque con el pie izquierdo que nunca pudo enderezar. Al final, como tantos otros, eligió la puerta de salida. Porque podés tener problemas con todos, pero no con los superiores.

¿Qué está pasando en el Municipio de San Carlos de Bariloche? ¿Es acaso que los funcionarios llegan con expectativas desmedidas y la realidad los golpea como el viento patagónico? ¿O será que la gestión municipal tiene algún problema más profundo, algo que hace que la gente prefiera irse antes que quedarse?

Las resoluciones no lo dicen —las resoluciones nunca dicen la verdad completa. Solo formalizan, autorizan al Departamento de Sueldos a hacer las liquidaciones correspondientes, dan por terminadas las designaciones anteriores. Pero entre líneas se lee otra cosa: una gestión que no logra retener a su gente, que ve cómo sus funcionarios se van tan rápido como llegaron.

Cada renuncia es una pequeña confesión de fracaso. No del funcionario que se va —tal vez él solo esté siendo sensato—, sino del sistema que no pudo contenerlo, de la gestión que no pudo ofrecerle razones para quedarse. Y cuando las renuncias se acumulan, cuando forman una lista, cuando se convierten en una constante, entonces ya no son casos aislados. Son un síntoma.

San Carlos de Bariloche, esa ciudad que vive del turismo y de las postales, tiene ahora otra postal menos amable: la de los funcionarios que hacen las valijas. La pregunta es si alguien en el gobierno municipal se está preguntando por qué.

O si prefieren seguir firmando resoluciones, autorizando liquidaciones y dando por terminadas las cosas que nunca llegaron a empezar realmente.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias