

Por: Bache3000
La temporada de invierno 2025 en Bariloche presenta características inéditas. Sin nieve natural y con un panorama económico complejo, el turismo local navega entre la incertidumbre y la necesidad de reinventarse. Néstor Denoya, presidente de la Cámara de Turismo de Bariloche, ofreció un análisis exhaustivo de la situación en diálogo con Germán Hernández, en el programa "Palos en la Rueda", que se emite los domingos de 11 a 13 por FM Horizonte 94.5.
"Es una temporada atípica, no en la cantidad de gente, sino en lo que nos toca vivir como sociedad. La gente viene a ver nieve y no hay", reconoció Denoya con la franqueza que caracteriza sus declaraciones públicas. La ausencia del elemento que históricamente define el invierno patagónico obliga al sector a trabajar "sobre lo que se puede", aprovechando los recursos naturales disponibles, aunque admite que "no alcanza porque la gente viene obviamente organizada para hacer otras cosas".
En una reciente nota, Denoya había identificado tres pilares fundamentales para sostener la actividad turística en tiempos adversos. La inversión encabeza la lista de prioridades. "Hoy el único lugar en donde estamos dando clases y la gente va y se divierte, es en el lugar donde tenemos todo lo que son los cañones de nieve técnica", explicó, refiriéndose a la tecnología que permite generar nieve artificial durante las noches cuando la temperatura lo permite.
La propuesta es ambiciosa: extender esta inversión "hasta arriba" para convertir a Bariloche en "el único centro invernal que tendría la posibilidad de esquiar de la punta a la base". Para Denoya, esto no solo contendría a los turistas sino que posicionaría a la ciudad como "la noticia del invierno": donde a pesar de no haber nieve natural, igual se puede esquiar.
El segundo pilar es el trabajo de la gente local. "Nuestra gente en la industria está por arriba de todas las temporadas, verano e invierno, por arriba de todos los destinos turísticos del país", destacó, haciendo referencia al valor agregado que aportan quienes trabajan en hoteles, transporte, guías, instructores de esquí, gastronomía y comercios especializados. Este factor humano realiza "un laburo de contención" fundamental, orientando a los visitantes hacia alternativas como caminatas y actividades de montaña.
El tercer elemento es el Ente Promotor de Turismo (Emprotur), que Denoya define como "una herramienta transversal democrática" que complementa los esfuerzos del sector privado en la búsqueda activa de turistas y la promoción del destino.
El análisis de Denoya no elude las dificultades estructurales. La crisis económica se manifiesta especialmente en el tipo de cambio, que califica como "mentiroso" y que dificulta la competitividad del turismo nacional. "Es muy difícil competir con este tipo de cambio porque sabemos que el turismo no forma parte del desarrollo nacional", cuestionó, anticipando que la situación cambiaria es insostenible y pronosticando modificaciones antes de fin de año.
La reflexión se extiende a las políticas de infraestructura: "Nos agarramos la cabeza cuando escuchamos que no van a hacer obra pública y los que vivimos en el interior qué hacemos, nos quedamos sin rutas". Para el dirigente empresarial, estas decisiones responden más a cálculos electorales que a una planificación estratégica del desarrollo nacional.
La ausencia de nieve plantea interrogantes profundos sobre los cambios climáticos. Denoya recurre a la memoria colectiva para contextualizar el fenómeno: en reuniones sociales con "nacidos y criados" de hace cuatro décadas, surgen recuerdos de inviernos excepcionales donde se "jugaba al fútbol en vacaciones de julio". Sin embargo, su conclusión es categórica: "A pesar de eso, el cambio de temperatura llegó para quedarse y uno que tiene gran parte de la fuente de trabajo sobre la nieve, tenemos que tener inversión".
La relación con el gobierno municipal atraviesa un momento de tensión controlada, pero las declaraciones más contundentes de Denoya se dirigieron hacia el secretario de Turismo municipal, Sergio Herrero. "El sector privado no quiere compartir nada con Herrero. Nada, absolutamente nada, porque es muy difícil el diálogo. Siempre hubo muy malos tratos", expresó categóricamente el presidente de la Cámara de Turismo.
Denoya reconoce que "hemos mejorado un poco la relación con el intendente", aunque mantiene las críticas expresadas en febrero cuando calificó a la gestión como "la peor en turismo de la historia de Bariloche". Sin embargo, la situación con Herrero parece estar en un punto de no retorno. "Es una forma de ver la vida. Siempre nos preguntamos nosotros qué será, porque por ahí bueno, si te llevás mal con Germán, bueno intentá con Marcelo Parra y si no con Marcelo Parra intentá con otro", reflexionó, sugiriendo que han agotado todas las instancias de diálogo posibles.
La Cámara de Turismo se define como constructora de "puentes entre nación, provincia y municipio", pero Denoya no oculta las dificultades específicas con la Secretaría de Turismo: "Es muy difícil el diálogo. Siempre hubo muy malos tratos, de una forma de hacer política que nosotros no consideramos ni en la vida privada ni la vida pública".
La crítica se extiende al clima político nacional, rechazando lo que considera "un marco violento de no permitir el disenso" que viene "de arriba para abajo". Denoya repudia "fuertemente la forma de comunicarse" del presidente nacional y considera que "todo esto de los mandriles y todo eso para mí es fuertemente repudiable". Reivindica el valor del debate democrático: "Es llamar a una radio, que el periodista te incomode, te haga pensar y vivir con el disenso", contrastando esta visión con los "discursos de odio, de violencia".
Mirando hacia las próximas dos semanas, tradicionalmente las más importantes del turismo invernal, Denoya apuesta a "tratar bien a la gente lo mejor posible, más de lo normal, porque tenemos que suplir una falencia muy importante". La estrategia incluye la esperanza en un frente de nieve pronosticado para la semana próxima y campañas específicas para sostener los meses de agosto y septiembre.
Sin embargo, el diagnóstico es realista: "Si no hay nieve, va a haber mucha gente sin laburo. También hay que decirlo fuerte y sin tantos rodeos". La situación se agrava porque "hace mucho que no se construyen nuevos empleos" y la crisis económica nacional afecta particularmente a la clase media, principal consumidora de turismo interno.
La entrevista concluyó con una mirada hacia el futuro inmediato: el cambio de autoridades en la Cámara de Turismo a fin de año, que Denoya ve como una oportunidad de "renovación, un cambio de aire" para intentar nuevos enfoques en las relaciones institucionales. "El sector privado es ágil, dinámico, no nos atrincheramos en ningún lugar y siempre pensamos en el bien común", afirmó, dejando abierta la posibilidad de que nuevos liderazgos puedan destrabar los conflictos actuales, especialmente con la gestión municipal de turismo.
En tiempos de adversidad múltiple, el sector turístico barilochense busca equilibrar la adaptación a las nuevas realidades climáticas con la preservación de su identidad como destino invernal, mientras navega las complejidades de un contexto económico y político desafiante, agravado por las tensiones institucionales locales que parecen haberse cristalizado en torno a la figura del secretario de Turismo municipal.