

Por: Bache3000
Argentina Salazar, una usuaria en silla de ruedas que llegó junto a una amiga a las 8 de la mañana, relató la odisea que vivieron durante toda la jornada. "Nos habían dado turno para las 10 de la mañana. Pedimos permiso en nuestros trabajos para poder venir, pero cuando llegamos nos dijeron que esperemos en el pasillo y después otra persona nos informó que recién empezaban a atender a las 16 horas", explicó con visible molestia.
La situación se agravó cuando consultaron con la Dirección de Discapacidad municipal, que les confirmó que no tenían información sobre el cambio de horarios. "Yo mandé un mensaje y me notificaron que habían cambiado los horarios, pero nadie nos había avisado. Estuvimos desde las 8 de la mañana hasta las 16 horas esperando", detalló Salazar.
Para estas personas, trasladarse hasta el hospital representa un esfuerzo económico y físico considerable. "Tenemos que andar en colectivo, en mi caso pago remis. Ir y volver a casa es todo un presupuesto y una problemática para movernos. Yo estoy en silla de ruedas y mi amiga anda con bastones, también le cuesta caminar, más con este tema de la lluvia y la nieve", describió la mujer del barrio Matadero.
La desorganización fue tal que fueron los propios vecinos autoconvocados quienes tuvieron que intervenir para ordenar la situación. "La única organización que había era de los vecinos autoconvocados, que hicieron una lista en una hoja de borrador. Después llegó una vecina con una computadora y nos organizó mejor el tema de los turnos", relató Argentina.
Uno de los aspectos que más molestó a los usuarios fue la falta de prioridad para quienes habían llegado temprano cumpliendo con el horario originalmente establecido. "Los que estábamos desde temprano no tuvimos prioridad. Todos estamos por problemas de discapacidad, nos entendemos entre nosotros, pero a veces cansa porque hay personas de mayor edad o que sufren más dolores", señaló.
La crítica también apuntó a la capacidad de atención disponible. "Creo que hay dos consultorios nomás para todas las personas que hay acá. Es muy poco la atención que están dando", observó Salazar, quien además cuestionó la coordinación entre las diferentes instancias gubernamentales.
"Hay una falta de empatía total desde arriba, desde la Dirección de Discapacidad del municipio hasta la gente de discapacidad de nación, porque contratan ANDIS y de ahí viene la desorganización. La información es lo que está mal", analizó la usuaria.
Desde su experiencia personal, Argentina hizo un llamado a las autoridades para que mejoren la atención hacia las personas con discapacidad. "Pedimos que puedan organizarse mejor y que nos atiendan mejor. Los invitamos a que vengan y vean cómo una persona con discapacidad se tiene que mover, se tiene que desenvolver. Muchas veces no lo entienden porque no están en nuestra situación, entonces no se ponen en nuestro lugar".
El reclamo se centra en la necesidad de mayor organización, mejor comunicación y, fundamentalmente, más empatía hacia un sector vulnerable que enfrenta múltiples barreras para acceder a los servicios básicos. "Que las personas con discapacidad tengan mayor facilidad para la atención", concluyó Argentina, resumiendo el sentir de todos los usuarios que vivieron esta situación durante la jornada del lunes.