

Por: Bache3000
La baja predisposición a participar se enmarca en un año electoral particularmente saturado para los ciudadanos. Con las elecciones nacionales programadas para octubre y las de la Cooperativa de Electricidad Bariloche (CEB) previstas para antes o después de ese mes, el referéndum del 9 de noviembre se suma a una intensa agenda electoral que genera una evidente fatiga en la población. Esta acumulación de procesos electorales en tan corto período parece haber erosionado la motivación ciudadana para participar en nuevas consultas, especialmente considerando que la abstención electoral conlleva una sanción económica equivalente al valor de una bolsa de cemento.
La poca legitimidad del proceso se ve reflejada en estos números que muestran una ciudadanía anticipadamente agotada por el exceso de convocatorias electorales. La proximidad entre las elecciones nacionales de octubre, las de la Cooperativa de Electricidad Bariloche, y el referéndum municipal de noviembre ha generado una saturación que se traduce en rechazo hacia las múltiples instancias de participación ciudadana concentradas en pocos meses.
A pesar de la obligatoriedad del sufragio y la multa equivalente a una bolsa de cemento, la mitad de los consultados parece dispuesta a asumir la sanción antes que participar del proceso. Esta actitud evidencia no solo cansancio electoral, sino también una percepción de falta de legitimidad hacia una consulta que llega en un momento de saturación democrática.
El segmento de indecisos, que representa el 15%, podría ser determinante, pero su existencia también refleja la confusión y el hartazgo ciudadano ante tantos procesos electorales concentrados en un mismo período. Si este grupo finalmente decide participar, la concurrencia apenas alcanzaría el 50%, una cifra que pondría en cuestión la representatividad de los resultados.
Estos números significan que irían menos personas a votar que en las elecciones municipales a intendente del 2023, en donde votó el 66% del padrón.
Los datos de Bache3000 ponen en evidencia las consecuencias de concentrar múltiples procesos electorales en un período tan acotado. La proximidad entre las elecciones nacionales de octubre, las de la CEB, y el referéndum municipal ha derivado en una fatiga democrática anticipada que compromete la legitimidad de los procesos y plantea serios interrogantes sobre la efectividad de convocar a consultas populares en contextos de saturación electoral.