

Por: Bache3000
La movilización de la comunidad educativa, que incluyó videos que se viralizaron en redes sociales y diversas declaraciones públicas, logró que el Consejo Escolar enviara una cuadrilla de mantenimiento durante el fin de semana pasado. Los trabajos realizados incluyeron la limpieza de calderas y canaletas, arreglos provisorios en los desagües y la refacción del baño para personas con discapacidad.
Sin embargo, las familias consideran insuficientes estas medidas y alertan sobre la gravedad de la situación. Un relevamiento realizado por la comunidad educativa identificó como prioridades urgentes el reemplazo de los tanques de agua de fibrocemento y la reparación del techo del gimnasio, del cual se desprende fibra de vidrio. Ambos elementos representan riesgos tóxicos para quienes utilizan las instalaciones.
El listado de necesidades se extiende a la reposición de vidrios rotos y hojas de ventanas, el cambio de luminarias, la revisión de artefactos que presentan riesgos de seguridad, el mejoramiento de veredas y del alambrado perimetral, además de diversas refacciones en puntos críticos del edificio.
La problemática de fondo radica en que la estructura actual es precaria y prefabricada, construida con materiales que fueron trasladados tras el cierre de Villa Alicurá hace más de tres décadas. Esta infraestructura había sido concebida como una solución provisoria que se prolongó en el tiempo sin recibir las mejoras estructurales necesarias.
Este jueves 21 a las 8:00 horas está prevista una reunión con Santiago Velásquez, delegado del Consejo Escolar Zona Andina. Durante el encuentro, la comunidad educativa presentará formalmente un detalle exhaustivo de las condiciones edilicias actuales y solicitará respuestas concretas de las autoridades.
Las familias buscan obtener un compromiso formal por parte de las autoridades educativas para la reparación inmediata y puesta en condiciones del edificio escolar. A largo plazo, exigen la construcción de un nuevo establecimiento que garantice condiciones adecuadas para la educación de los niños de Bariloche.
La situación de la Escuela 71 refleja una problemática que trasciende lo edilicio, poniendo en evidencia la necesidad de inversión en infraestructura educativa y el cumplimiento de compromisos que permitan brindar un ambiente seguro y digno para el aprendizaje.