viernes 22 de agosto de 2025 - Edición Nº190

Sólo el vecino salva al vecino | 20 ago 2025

VECINO QUE SE PLANTA A CORTÉS

"Estamos perdiendo la democracia": vecino denuncia que el referéndum es un ataque institucional

La presentación de revocatoria de Raúl Martineau contra el referéndum municipal trasciende las formas legales para convertirse en una advertencia sobre el deterioro democrático. En diálogo con "Nada Personal" de Radio Con Vos, el vecino expuso con claridad pedagógica por qué considera que esta convocatoria representa un precedente peligroso para la institucionalidad local.


Por: Bache3000

Martineau desentraña la arquitectura del poder municipal con precisión quirúrgica. La Carta Orgánica no es un documento decorativo: establece que el gobierno municipal funciona como un trípode donde el Consejo, el intendente y el Tribunal de Contralor operan en equilibrio. "El Concejo tiene más jerarquía que el intendente. De hecho, los concejales pueden mover al intendente, pero el intendente no puede sacar a los concejales", explica, demoliendo cualquier interpretación verticalista del poder.

Esta jerarquía no es caprichosa. Responde a la lógica democrática más elemental: los concejales son "el representante directo del vecino", tienen acceso institucional garantizado y una "silla para que el vecino pueda ir y sentarse y hablar con todos los concejales simultáneamente". Saltear esta instancia equivale a vaciar de contenido la representación popular.

El mecanismo utilizado revela la gravedad del procedimiento. Una resolución no puede crear obligaciones ciudadanas ni imponer multas. "De golpe, en una resolución te van a poner una multa por no hacer algo. Eso es un exceso en los deberes de funcionario público", advierte Martineau, quien identifica aquí un delito tipificado: el funcionario que firma esa resolución "automáticamente está haciendo el hecho de exceso en los deberes de funcionario público".

La multa de "una bolsa de cemento" expone el voluntarismo que caracteriza toda la operación. Martineau ironiza sobre la implementación: "¿Dónde la vas a pagar? ¿A quién se la vas a entregar? ¿Le vas a llevar la bolsa de cemento o le vas a llevar un vale?". Esta improvisación normativa refleja lo que él define como "pelos de voluntarismo", apropiado para un club social pero inadmisible en el gobierno municipal.

Las diez preguntas del referéndum confirman la sospecha de Martineau sobre las verdaderas intenciones. Ninguna modifica sustancialmente la vida ciudadana. El caso de la Isla Huemul es paradigmático: "Ya fue licitada en los pliegos anteriores. Están para actualizarlo, se llama licitación y listo". ¿Para qué consultar lo que ya tiene procedimiento administrativo establecido?

La respuesta emerge cuando Martineau identifica la única pregunta que realmente interesa al Ejecutivo: la relacionada con el SOYEM, donde se busca "quitarles el sueldo a los dirigentes gremiales que son empleados municipales". Las otras nueve preguntas funcionarían como cortina de humo para legitimar esta decisión específica.

Martineau contextualiza el fenómeno en un marco más amplio. "Este referéndum es un disparador de lo que está ocurriendo en muchas instancias nacionales", sostiene, identificando un patrón de personalización del poder que erosiona las mediaciones institucionales. El problema no es técnico sino político: "Lo que está faltando es el diálogo, concretamente en la conducción política".

La genealogía que traza es reveladora. Bariloche nació democráticamente sin intendente: era "un Concejo, un presidente del Concejo era el que hacía de intendente" y "todos los concejales trabajaban juntos". La posterior división entre Ejecutivo y Legislativo mantuvo "el rol protagónico" del segundo "porque es el representante directo del vecino". Retroceder de esta conquista institucional representa una regresión democrática.

El análisis de Martineau sobre las referencias legales defectuosas completa el cuadro. La resolución menciona ordenanzas "abrogadas", y él explica la diferencia: "derogar una ordenanza es como cortar un árbol y dejar las raíces, abrogar es sacar las raíces del árbol". Cuando algo está abrogado "no existió nunca", por lo que citarlo como fundamento jurídico carece de validez.

Esta presentación judicial, que aguarda respuesta del Tribunal de Contralor, se inscribe en una batalla más amplia. Martineau anticipa que "este referéndum seguramente va a seguir o va a terminar judicializado" porque "ya nació mal". Su diagnóstico es terminal: se generó "por la falta de diálogo" y representa un síntoma de la crisis democrática que trasciende lo municipal.

La claridad expositiva de Martineau transforma un recurso administrativo en una clase magistral sobre institucionalidad democrática. Su advertencia resuena: cuando el poder se personaliza y las formas se degradan, la democracia entra en terapia intensiva.

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