

Por: Bache3000
La historia de este módulo hospitalario se remonta a la construcción realizada durante la pandemia de COVID-19, cuando se levantó en tiempo récord una estructura completa y equipada. Sin embargo, su potencial como centro de atención de emergencias nunca se concretó, pese a contar con todas las instalaciones necesarias para funcionar como hospital de urgencias.
En septiembre de 2023, el arquitecto Raúl Martinau dirigió una extensa carta al entonces senador Alberto Weretilneck, planteando la urgente necesidad de habilitar este espacio como "Hospital de Urgencias Dra. Martha Olivera". En su comunicación, Martinau destacaba un problema que persiste hoy: llegar al Hospital Ramón Carrillo desde cualquier acceso de la ciudad insume entre 30 y 45 minutos debido a la saturación vehicular del centro.
La propuesta de Martinau no era nueva. Cinco años antes ya había planteado la necesidad de un hospital de urgencias periférico, recibiendo como respuesta que se estaba considerando ampliar y mejorar el servicio del hospital céntrico. Sin embargo, el crecimiento urbano y los problemas de tránsito han agravado la situación.
Las fotografías que acompañaban la carta de Martinau mostraban instalaciones completamente equipadas y en desuso: una sala de espera con dos accesos y sanitarios públicos, un laboratorio moderno, salas de internación con equipamiento sin estrenar, un shock room diseñado para dos unidades funcionales y sectores completamente equipados para la guardia de ambulancias con cuchetas y office.
"Es de fácil acceso desde el Oeste de la ciudad, del Cerro Catedral, Ruta 40 sur (camino al Bolsón) y también desde la av. De Circunvalación", argumentaba el arquitecto en su carta, señalando las ventajas estratégicas de la ubicación.
Martinau fue contundente en su evaluación: "Se podría considerar que en el estado actual y ante la falta de equipamiento sanitario, es un acto de desidia mantener esta estructura con solo la carencia del depósito de oxigeno y la decisión política de su habilitación". Cabe aclarar que el propio Martinau reconoce posteriormente que se equivocó en este punto, ya que el sistema de oxígeno sí estaba instalado y listo para funcionar.
El tema tuvo eco mediático y desde Salud de la provincia se informó que estaban trabajando para que el lugar funcionara como centro de atención en emergencias. Sin embargo, hasta la fecha no se han concretado avances significativos.
Mientras tanto, los usuarios que utilizaban el vacunatorio en este módulo destacaban la comodidad del lugar: fácil acceso, facilidad para estacionar y muy buena atención del personal sanitario. La reciente decisión de desmantelar el vacunatorio genera interrogantes sobre el destino del personal que trabajaba allí y sobre el futuro de estas instalaciones.
Los consultorios y médicos que funcionan en el lugar son reconocidos por su capacidad de atención y los plazos razonables para conseguir turnos, lo que demuestra que la infraestructura tiene potencial y que existe demanda en la zona.
La situación del Hospital Modular del Km 8 refleja una contradicción: mientras Bariloche enfrenta desafíos crecientes en el acceso a la salud pública debido al crecimiento urbano y los problemas de tránsito, una instalación moderna y completamente equipada permanece subutilizada, generando frustración entre vecinos y profesionales que ven en ella una solución concreta a problemas reales.
La propuesta de Martinau de nombrarlo "Hospital de Urgencia Dra. Martha Olivera", en honor a una médica comprometida con la relación social de la medicina y los derechos humanos, permanece como una aspiración sin concretar, mientras las instalaciones esperan una definición política que las ponga al servicio pleno de la comunidad barilochense.