viernes 05 de septiembre de 2025 - Edición Nº204

Sólo el vecino salva al vecino | 5 sep 2025

MERECEMOS LA EXTINCIÓN

Papelón municipal: funcionaria simula una agresión para deslegitimar una protesta

00:23 |Ayer en el corralón municipal se vivió una escena patética: la funcionaria Florencia Galeani se tiró bajo la bandera del SOYEM simulando una agresión, para después salir riéndose e insultando a los trabajadores. Mientras tanto, el marido de la directora de Recursos Humanos dormía en pleno conflicto. Todo por una retención de servicios legal e informada, donde los empleados reclaman trabajar sin gusanos y con camiones que funcionen. Lo más perverso: quienes hoy criminalizan la protesta vienen del sindicato de comercio, los mismos que cortaron rutas y paralizaron la ciudad. El concejal Costa Brutten denunció que Walter Cortés le pagó dos años por adelantado a su sobrina concejal de Chubut, mientras niega mejoras a los trabajadores municipales. Un gobierno que prefiere el circo mediático a resolver los problemas de fondo.


Por: Bache3000

Hay escenas que no se olvidan. Como esa de ayer en el corralón municipal de Bariloche, donde una funcionaria se tiró bajo la bandera de los empleados municipales simulando una agresión, para después salir riéndose e insultando a los trabajadores. Un sketch digno de Capusotto, pero que duele porque es real, porque es el gobierno que tenemos.

La cosa empezó simple: el SOYEM había convocado a una retención de servicios. Los trabajadores del corralón están hasta las pelotas. Trabajan con gusanos, camiones sin repuestos, condiciones de mierda. Condiciones que tienen larga data, claro. Pero la respuesta termina siendo más grave que el problema. La medida estaba informada a la Secretaría de Trabajo, era legal, constitucional. Pero claro, a este gobierno le molesta que le reclamen. Le jode que alguien lo controle, que le pidan que haga bien las cosas.

Y ahí llegó el circo. Florencia Galeani y otros funcionarios se presentaron en el lugar diciendo que iban a tomar los nombres de quienes participaban de la protesta. "Me agredieron físicamente", gritaba la funcionaria mientras las cámaras filmaban. "El director está secuestrado adentro, no lo dejan salir". Puro teatro, pura mentira. El director estaba ahí nomás, con las manos en los bolsillos, mirando el show desde la puerta.

Lo patético vino después. Galeani se acercó a la bandera de los empleados y se tiró abajo, como si la estuvieran atacando. Actuación digna de un melodrama de los años cincuenta. Al salir, la cara se le transformó: ya no era la víctima agredida sino la funcionaria prepotente, gritando "vagos" e insultando a los trabajadores. Rara forma de sentirse agredida, ¿no?

Todo con una sonrisa en su cara, como si se tratara de algún juego. Banalizando la política ante la sociedad como la forma de transformar algo, más no sea un corralón. Después de todo, quienes trabajan allí también son barilochenses.

Mientras tanto, en otra escena dantesca, los empleados fotografiaron al marido de la directora de Recursos Humanos durmiendo en pleno escándalo. El tipo roncaba mientras afuera había bombos, gritos, actuaciones y hasta la policía. "No lo sancionan porque la mujer maneja el personal", señalaron.

Todo muy border, muy de película clase D. ¿Esto merece Bariloche? ¿Tanto se van los límites por un simple pedido de trabajar en condiciones dignas?

Lo más perverso de todo esto es que quienes hoy persiguen a los trabajadores vienen prácticamente del sector sindical. Casi no hay funcionario municipal que no provenga del sindicato de comercio. Los mismos que cortaron rutas, paralizaron el cerro Catedral, bloquearon el acceso al aeropuerto, ocuparon supermercados. Ahora, desde el poder, criminalizan una protesta legal e informada.

Este gobierno no quiere al trabajador municipal y a veces no tiene sentido las repuestas. Todas desmedidas. "Le jode que alguien controle si compra máquinas usadas, si terceriza servicios, si pone a la sobrina de concejal en Chubut pagándole dos años por adelantado", dijo el edil Costa Brutten en medio del caos. "¿A cuál de ustedes le pagaron dos años por adelantado?", preguntó, "A ninguno. Solo a la sobrina del intendente".

La respuesta circense es incomprensible. Es peor la respuesta que dar solución al problema que origina todo. Pero claro, resolver problemas requiere trabajar, y eso no está en los planes. Es más fácil montar un show mediático, victimizarse, perseguir a los trabajadores.

Los empleados del corralón perdieron compañeros durante la pandemia, pusieron el hombro cuando fue el desastre del volcán, bancaron cuando todos se quedaron en casa. Todos los apludíamos como a los médicos. Héroes, les decíamos. ¿Y qué reciben ahora? Amenazas de disponibilidad, precarización, vaciamiento de servicios. "Premian al que acosa sexualmente, al que es vago", denunciaron. "Persiguen al que trabaja".

Hay algo obsceno en todo esto. En que quienes conocieron la lucha sindical desde adentro ahora la combatan desde el poder. En que conviertan un reclamo legítimo en un circo mediático. En que prefieran el papelón a la solución.

Bariloche no merece esto. No merece funcionarios que simulan agresiones, que duermen mientras la ciudad arde, que persiguen a sus propios trabajadores. No merece un gobierno que prefiere el conflicto a la gestión, el show a las soluciones.

Pero es lo que tenemos. Y por ahora, parece que es lo que vamos a seguir teniendo.

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