lunes 08 de septiembre de 2025 - Edición Nº207

El Bardo de Siempre | 7 sep 2025

+UN MILLÓN DE VOTOS DE DIFERENCIA

Kicillof aplasta a Milei en Buenos Aires y redefine el mapa político nacional

La provincia de Buenos Aires habló este domingo con una voz contundente que resonará en cada rincón del poder político argentino. Con el 82 por ciento de las mesas escrutadas, Fuerza Patria se impuso de manera categórica con el 46,93 por ciento de los votos, mientras La Libertad Avanza quedó relegada al segundo lugar con el 33,86 por ciento. La diferencia de casi 13 puntos porcentuales no es solo un número: es un mensaje que sacude los cimientos del proyecto libertario y reordena las fuerzas en el tablero nacional.


Por: Bache3000

En el búnker del Hotel Grand Brizo de La Plata, Axel Kicillof no pudo contener la sonrisa. El gobernador bonaerense había logrado algo que parecía imposible hace apenas unos meses: frenar en seco la locomotora electoral de Javier Milei en el distrito más importante del país. "Ganamos sin estafar a nadie", lanzó desde el escenario, en una clara alusión a las promesas incumplidas del presidente. Sus palabras cargaban el peso de una victoria que trasciende lo electoral para convertirse en un fenómeno político de primer orden.

Los números son elocuentes y despiadados. Fuerza Patria se impuso en 6 de las 8 secciones electorales y en 99 municipios bonaerenses, según precisó el ministro de Gobierno, Carlos Bianco. La participación alcanzó el 61,44 por ciento del padrón, una cifra que habla de una ciudadanía movilizada y expectante. En la sumatoria de votos para legisladores provinciales, el peronismo obtuvo 3.722.226 sufragios contra 2.659.361 de La Libertad Avanza, una diferencia de más de un millón de votos que no admite interpretaciones ambiguas.

Desde el histórico balcón de San José 1111, Cristina Fernández de Kirchner observaba el festejo callejero acompañada por Máximo Kirchner. La imagen era poderosa: la expresidenta, condenada por la Justicia pero reivindicada en las urnas, volvía a ocupar el centro de la escena política. Su presencia silenciosa pero magnética recordaba que en Argentina las batallas judiciales y las electorales transcurren por carriles paralelos que rara vez se cruzan.

El discurso de Kicillof fue una mezcla calculada de humildad y desafío. "Lo peor que podemos hacer es tomar este triunfo con soberbia", advirtió, pero inmediatamente después lanzó un dardo envenenado hacia Casa Rosada: "Algunos especulan con que este triunfo es para desestabilizar la economía, pero los que están desestabilizando la economía no están en este escenario, están en el gobierno nacional". Las palabras del gobernador anticipan una nueva fase en la relación entre Nación y provincia, donde la cooperación cederá lugar a la confrontación abierta.

La victoria peronista redefine el panorama político nacional de manera dramática. Milei, que había construido su legitimidad sobre la base de un mandato popular incuestionable, se encuentra ahora con que el distrito más poblado del país le dice "no" de manera rotunda. Buenos Aires, con sus 17 millones de habitantes, no es solo una provincia: es un termómetro del humor social y un laboratorio de tendencias electorales que suele anticipar los movimientos del péndulo nacional.

El resultado también marca el regreso del peronismo como fuerza competitiva después de la debacle de 2023. La coalición liderada por Kicillof logró reunificar un espacio que parecía fragmentado irremediablemente tras el fracaso de Alberto Fernández. "Vamos a seguir sumando fuerzas en el peronismo y afuera del peronismo", prometió el gobernador, en una clara señal de que la estrategia será expandir las alianzas más allá del núcleo duro justicialista.

Para La Libertad Avanza, el golpe es devastador. El movimiento que se había presentado como una fuerza arrolladora capaz de cambiar para siempre las reglas del juego político argentino, muestra ahora sus primeras grietas. El 33,74 por ciento obtenido en la sumatoria de votos para legisladores no es un resultado menor, pero está muy lejos del tsunami electoral que había caracterizado sus primeras performances.

Las repercusiones de esta elección se sentirán durante toda la semana. Los mercados, que habían encontrado en Milei una razón para el optimismo, deberán procesar ahora la emergencia de un contrapoder provincial sólido y decidido. El lunes por la mañana, cuando suenen las campanas de apertura en los centros financieros, los operadores tendrán que recalcular sus ecuaciones políticas.

Kicillof ya anticipó cuál será su estrategia: "Tené el coraje de reunirte para trabajar, para ponerte de acuerdo", desafió a Milei desde el escenario platense. El gobernador sabe que ahora tiene las cartas para negociar de igual a igual con un presidente debilitado. La coparticipación, la obra pública, los recursos para educación y salud: todos estos temas volverán a la mesa de negociaciones con una nueva correlación de fuerzas.

El peronismo bonaerense no solo ganó una elección: recuperó la iniciativa política y demostró que el ciclo político argentino sigue siendo impredecible. En un país donde las certezas duran lo que tarda en secarse la tinta de los diarios, esta victoria marca el fin de la luna de miel de Milei con el electorado y el comienzo de una nueva etapa de confrontación que definirá el rumbo de los próximos años.

La política argentina acaba de recordarnos, una vez más, que en este país nada está escrito para siempre y que las mayorías de hoy pueden convertirse en las minorías de mañana con la velocidad de un rayo bonaerense.

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