

Por: Bache3000
El uso del skatepark y pumptrack de Bariloche se ha convertido en el epicentro de un intenso debate en las redes sociales tras la implementación de nuevos horarios de funcionamiento, generando controversia entre jóvenes, padres y vecinos. La nueva reglamentación horaria ha sido cuestionada por usuarios que consideran los tiempos insuficientes para la práctica deportiva, especialmente para aquellos que trabajan durante el día.
"Esta lleno de fisuras últimamente, pero nada tienen que ver con los que vamos a hacer el deporte que amamos, los que salimos a las 18 del trabajo y ahora nos dicen que el espacio se puede usar hasta las 19hs", expresó un vecino en el Instagram de Bache300, evidenciando el impacto directo de los nuevos horarios en la comunidad deportiva.
Según la señalética oficial visible en el lugar, los horarios diferenciados por temporada buscarían regular el uso del espacio, pero han generado un efecto contrario al esperado. Los usuarios denuncian que la restricción horaria no solo limita la práctica deportiva legal, sino que además favorece la apropiación nocturna del espacio por actividades ilícitas.
"Si es un bajón para los que vamos a hacer deporte también. Se instalan los transas a vender y nada tienen que ver con el deporte y el lugar", expresó un usuario, sugiriendo que más presencia policial en el predio podría cambiar la dinámica del espacio.
La preocupación se extiende a padres de familia que frecuentan el lugar con sus hijos. "Las pocas veces que fui con mi hija, lleno de drogones! Vendiendo merluza y que se yo que más, alcoholizados algunos. Una vergüenza. No se puede ir después de las 17 hs ya con menores", relató una madre.
Entre las voces que participan del debate, algunos proponen soluciones integrales que incluyen mayor presencia policial e iluminación adecuada. "No sería mejor poner presencia policial y muchas luces y que se pueda disfrutar ese espacio? Es verdad que el ambiente se pone áspero y corre de todo", sugirió un usuario.
Otros participantes del forobardo señalan que el problema trasciende el skatepark y refleja una dinámica más amplia: "Los menores van a seguir haciendo las mismas cagadas en otro lado y los transas van a ir a vender a otro lado y los únicos que van a salir perdiendo son los que quieren ir a patinar".
El debate continúa abierto mientras la comunidad de skaters, padres y vecinos esperan respuestas concretas del municipio para mejorar las condiciones de seguridad e infraestructura de este espacio deportivo que, según coinciden la mayoría de las opiniones, tiene potencial para ser un lugar seguro y funcional para la práctica deportiva de jóvenes y adultos.