

Por: Bache3000
La organización expresa su inquietud por lo que considera una notable ausencia del Estado en temas fundamentales, particularmente en materia de seguridad a nivel provincial, mientras señala con dureza los discursos que califican como despectivos hacia los trabajadores, tanto desde el ámbito nacional como desde la gestión local del intendente Walter Cortés.
Según el análisis de Oveja Negra, estos discursos están generando una fractura social peligrosa, dividiendo a la comunidad entre quienes apoyan las declaraciones del jefe comunal y aquienes las rechazan. Sin embargo, la preocupación de la agrupación va más allá de las declaraciones políticas y se centra en la situación económica concreta que atraviesa la población.
La realidad económica que describe Pargade es desalentadora: trabajadores en relación de dependencia que no logran llegar al día 20 de cada mes, un panorama que refleja el deterioro del poder adquisitivo y la precarización laboral. A esto se suma lo que denominan como un "grado de castigo" sistemático que está recibiendo el sistema de salud, las jubilaciones y el sector educativo.
Uno de los puntos más críticos del pronunciamiento apunta a lo que consideran una complicidad preocupante de los gremios. Desde Oveja Negra afirman que los sindicatos de la CGT están siendo manejados encubiertamente por el intendente, lo que en tiempos de crisis representa un problema estructural grave. Esta situación, según su análisis, implica que quien debería ser la columna vertebral del movimiento obrero se mantiene indiferente ante los reclamos legítimos de los trabajadores, manejando a su antojo una herramienta fundamental de defensa de los derechos laborales.
La crítica también alcanza a los medios de comunicación locales, a los que acusan de sometimiento al sistema que integran municipio, provincia y nación. Según la visión de la agrupación, estos medios callan las problemáticas reales de la sociedad y solo difunden aquella información que no molesta al poder establecido.
El interrogante que plantea Pargade es profundo: cómo terminará lo que califican como "el gran engaño" que vive la sociedad para ocultar el dolor de sentirse traicionada. La pregunta subyace en un diagnóstico social complejo, donde la población estaría siendo víctima de un sistema de desinformación y manipulación.
Sin embargo, el mensaje no termina en el diagnóstico crítico. Oveja Negra proyecta hacia octubre una perspectiva de cambio, expresando que "se palpita una buena señal" y que esperan que la esperanza se apodere de los trabajadores y del pueblo que consideran castigado por el sistema actual.
El pronunciamiento concluye con una apuesta al protagonismo popular, sugiriendo que el sistema llegará a su fin "si el pueblo así lo dispone", en una clara convocatoria a la movilización y participación ciudadana como herramienta de transformación.
La declaración de Oveja Negra refleja un estado de ánimo social que trasciende las fronteras partidarias tradicionales, expresando malestares profundos sobre la situación económica, la representación sindical y el rol de las instituciones en un momento de particular tensión social.