

Por: Bache3000
Walter Cortés se fue del grupo de WhatsApp de los intendentes de Juntos Defendemos Río Negro. Pasó hoy. Primero la bronca, después el silencio, después esto: salir del grupo. Como si salir de un grupo fuera salir de algo real, como si los problemas se resolvieran bloqueando un chat.
El dictamen del Procurador de Justicia, Jorge Crespo, recomienda dar de baja el referéndum. Declarar nulas las ordenanzas. El argumento: no respetan las normativas que lo reglamentan. Cortés se enteró y explotó. O no explotó, porque nadie explota realmente, pero digamos que explotó. Que se enojó de esa manera en que uno se enoja cuando siente que lo dejaron solo, que lo abandonaron en medio de algo importante.
Fuentes municipales le dijeron a Bache3000 que el intendente está muy molesto. Que le expresó su bronca a Alberto Weretilneck, el máximo mandatario. Que siente que no hubo acompañamiento del oficialismo. Y quizás Weretilneck le explicó algo, o quizás no le explicó nada, pero desde Juntos le dijeron lo evidente: que no manejan la justicia, que no manejan al Procurador. Como si eso le sirviera de consuelo a un hombre que no le gusta el no.
La explicación no calmó nada. Cortés expresó en diversas reuniones que retiraría su apoyo a la lista de Juntos Defendemos Río Negro. Lo dijo una vez, dos veces, hasta que la furia fue escalando de ese modo en que escalan las furias políticas: primero las palabras, después los gestos, después las ausencias.
Se retiró de las actividades oficiales de los próximos días. Se fue del grupo de intendentes que son parte de la campaña. Y ahora está afuera. Afuera del grupo, afuera de las reuniones, afuera de lo que sea que signifique estar adentro en la política rionegrina.
Uno piensa en los grupos de WhatsApp y piensa en algo menor, algo doméstico. Pero los grupos son territorios. Y salir de un grupo es una declaración. Es decir: hasta acá llegué. Es decir: me voy. Es decir: ahora vean cómo siguen sin mí.
Mientras tratan de convencerlo que no se vaya, que no se enoje, desde el propio oficialismo municipal ya lo saben, lo dicen a vivavoz: el referéndum está muerto. Y, aunque quiera, Walter Cortés no tiene otras opciones.