

Por: Bache3000
El Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Río Negro definirá el próximo 7 de noviembre la suerte del referéndum de Walter Cortés, que llegó hasta esta instancia tras la demanda de cinco concejales por el conflicto de poderes que tiene la ejecución de la consulta.
Los jueces Ricardo Apcarian, Liliana Piccinini, Sergio Ceci, Sergio Barotto y la presidenta del STJ, María Cecilia Criado, serán los encargados de avalar o no la consulta de 10 puntos que judicialmente pende de un hilo pero se sigue promocionando al mejor estilo “fingir demencia” en radios, con mesitas explicativas afuera de supermercados, capacitaciones y propuestas económicas para fiscalizar.
El 6 de octubre pasado, el procurador provincial, Jorge Crespo, emitió una resolución judicial no vinculante dejando sentada su posición. Allí, el Jefe de Fiscales rionegrinos, luego de analizar los artículos de la Carta Orgánica Municipal (COM), señaló que considera declarar nula a la consulta oficialista ya que “la competencia de convocar a un Referéndum Popular le es inherente al Concejo Deliberante”.
Mientras crece el nerviosismo en las oficinas del Centro Cívico, fuentes municipales de alto nivel manifestaron que al Ejecutivo ya le adelantaron “que les va a salir en contra”, lo que frustaría el sueño del jefe comunal barilochense, de gobernar con consultas y apartar al Concejo de la discusión política.
Es por esto que Cortés analiza una ofensiva mediática, además de poner a sus funcionarios a disposición de la rosca, en vez de laburar, para que “en todos lados” se enteren que amaga a sacarle el apoyo al gobernador, Alberto Weretilneck, en las elecciones del 26 de octubre. Todo esto después de participar en spots propagandísticos de Juntos Defendemos Río Negro, armarle asados en AMEC y elogiar a los candidatos oficialistas.
Así las cosas, el viernes 7 de noviembre será el día clave para el Ejecutivo municipal. Si le sale bien, buscará sacar un rédito político que le de aire para transitar dos años más y gobernar sin consenso con las otras fuerzas, a lo guapo. Pero si le sale mal, provocaría un reseteo de su gestión y un panorama cuesta arriba. De todos modos, nunca se sabe en el universo Cortés.