Por: Germán Hernández
La polémica por las restricciones horarias en el uso del skatepark se coló esta semana en la agenda mediática local, generando diferentes posiciones entre los vecinos. Desde el 18 de septiembre último, el centro deportivo que es insignia en la provincia abre todos los días de 8 a 21 horas y así lo hará, si no hay cambios, hasta fines de febrero.
Lo que está claro, al consultar todas las voces, es que existe un conflicto por la seguridad del espacio público, una certeza generalizada que en la periferia al bowl se vende droga y un nulo funcionamiento de la luminaria. En este contexto, más de 500 barilochenses de todas las edades y clases sociales practican el deporte extremo, en diferentes niveles.
El último fin de semana agentes de la Policía de Río Negro, incluso las fuerzas especializadas del COER con pasamontañas, desalojaron a decenas de usuarios que estaban en el centro deportivo después de las 21 horas, generando un momento de tensión evitable, sobre todo por la falta de tacto. Había familias con menores, adolescentes, vecinos más grandes, que lejos están de ser delincuentes.
Bache3000 visitó el lugar el martes por la tarde para conocer de primera mano las voces de los protagonistas, que por ahora pagan los platos rotos. La primera foto mostró a dos turistas jubilados que se sentaron en las escaleras dentro del espacio enrejado para ver las destrezas de los jóvenes, y no tanto, que día a día se congregan después de trabajar, de salir de la escuela, un pasatiempos para desenchufar. “Qué belleza”, dijo la señora mientras acomodaba el mate. Y la verdad que sí, la postal es envidiablee: decenas de deportistas y aficionados, un día soleado con poco viento y el Nahuel Huapi de fondo.
Allí también estaba Amalia, una de las referentes del reclamo de los usuarios del skatepark que buscan extender el horario de cierre y lograr una solución de fondo que prevenga el delito periférico. La vecina de los kilómetros, que trabaja en el centro en una empresa de seguros, utiliza el skatepark luego de la jornada laboral para patinar.

Con el consenso de otros usuarios, desde noviembre del año pasado insiste a las autoridades locales para que se actualice la luminaria (la poca que hay no funciona). En marzo se presentó en la banca del vecino del Concejo Deliberante y luego se reunió en reiteradas ocasiones con funcionarios de la gestión municipal, donde fue escuchada, aunque por el momento las promesas cayeron en saco roto.
Incluso junto a Inés, usuaria del skatepak y agrimensora de profesión, acercaron a dependencias del Ejecutivo un plano que propone nuevas luminarias en sectores estratégicos, que pueda obedecer a la prevención y a la práctica de trucos y piruetas. La última reunión fue con Walter Cortés. En el encuentro, realizado hace aproximadamente 15 días, el intendente prometió mejorar el alumbrado público en ese sector de la costanera, según comentó Amalia.
“El tema es que hay mucha inseguridad en la zona por eso se cierra”, dijo a este medio el actual subsecretario de Deportes, Matías Torres. Ante la consulta si existe la posibilidad de extender el horario, el funcionario explicó: “si lo dejamos abierto más horas no le cortamos a esta gente que va y hace de las suyas”.

Asimismo, manifestó que entiende el reclamo de los deportistas y confirmó que habló “con unas de las chicas y les di los motivos”. También insistió que si pasa algo grave los responsables serían él “en primera plana y después el resto”. Siguiendo la línea del jefe comunal, Torres expresó: “Ahora muy pronto vamos a empezar a poner luminaria”.
En el mientras tanto, decenas de vecinos llegan al skatepark desde diferentes barrios de Bariloche. Como lo hace habitualmente Franco, de El Frutillar: “acá vienen de chicos a grandes a tratar de disfrutar y viene la policía y te sacan volando, prepotentes, como si fuéramos uno de los fisuras que vienen a romper las bolas”. Reconoce que el ambiente se caldea cuando llegan a esa parte de la costanera “fisuras, los que venden faso y droga” pero “al final nos ponen a todos en la misma bolsa y los pibes acá vienen a patinar o andar en rollers”.

Otro vecino de 25 años, oriundo del barrio Omega, comentó que frecuenta el skatepark con regularidad y que “la restricción de horario chocó bastante porque hay gente que labura hasta tarde y se encuentra todo cerrado, la peor”. “Para mi no cambia nada que cierren, porque detrás del portón es lo mismo, por unos incidentes que pasaron metieron todos en la misma bolsa", agregó, con la esperanza de que el debate de otro giro y se profundice la prevención con vigilancia policial o con cámaras.
La práctica del skate, describió el vecino, tiene su raíz en el rodar urbano. Por eso entiende que "es como una hipocresía; nos sacaron de la calle porque molestábamos y cuando ahora vienen los días lindos y más estamos disfrutando en el skatepark nos sacan de acá".