Por: Bache3000
Apenas dos días después de que el intendente Walter Cortés negara conocer a Gustavo Ferrari ante las cámaras de Baché3000, diciendo textualmente "no lo conozco y no sé quién es, no sé quién es", este medio accedió a un video que desmiente categóricamente al jefe comunal. Las imágenes corresponden a la Expo Laboral 2024 y muestran a Cortés caminando junto a Ferrari, la actual Directora de Comunicación, Victoria Nadja, y su hermana Silvia Ferrari, actual secretaria de Producción del gobierno municipal, recorriendo el evento, sonriendo y saludando a la gente.
El registro audiovisual resulta devastador para la versión del intendente. No se trata de un encuentro casual o fugaz: los cuatro funcionarios caminan juntos, en actitud distendida, claramente cómodos en la compañía mutua. Ferrari, el mismo hombre condenado en Guatemala a siete años de prisión por lavado de activos y actualmente procesado en Argentina por integrar una organización criminal vinculada al narcotráfico, aparece en el video como parte natural del entorno del intendente.
La pregunta es inevitable: ¿por qué mintió Cortés? ¿Por qué dijo que no conoce a alguien con quien evidentemente tiene relación? La respuesta, según fuentes municipales consultadas por este medio, revela una situación aún más compleja y preocupante.
"Es un compromiso asumido", explicaron las fuentes, que pidieron reserva de identidad. Según estos testimonios, Cortés nunca quiso nombrar formalmente a Ferrari en la municipalidad, justamente por sus antecedentes penales. Sin embargo, permite que trabaje en instalaciones municipales, que maneje vehículos oficiales y que participe de reuniones como si fuera un funcionario más. La fórmula encontrada fue darle acceso a todo sin darle nada por escrito.
"Quién es y dónde trabaja lo sabe todo el municipio. Es un secreto a voces que nadie se anima a contar por miedo a que Walter se enoje", confió una de las fuentes. La frase revela el clima de temor que existe en la administración comunal y la imposibilidad de que el intendente desconozca lo que ocurre en el municipio que gestiona. Resultaría difícil, por no decir imposible, que Cortés no sepa que Ferrari tiene oficina en el edificio Cóndor, que maneja la camioneta Kangoo patente AF 855 PW, que participa de reuniones del Fab Lab, que lo acompaña al Concejo Deliberante y que es presentado como "encargado de logística" pese a no figurar en ningún organigrama.
La situación adquiere gravedad penal. La utilización de recursos públicos por parte de una persona sin designación formal constituye un delito. Ferrari maneja un vehículo oficial, ocupa una oficina municipal, consume recursos del Estado y participa de decisiones de gestión sin estar formalmente incorporado a la planta de personal. Esto configura una irregularidad administrativa que puede derivar en responsabilidades penales tanto para quien permite esta situación como para quien se beneficia de ella.
El caso Ferrari combina varios elementos explosivos: un condenado por lavado de dinero que cumplió siete años de prisión en Guatemala, un procesamiento vigente en Argentina por integrar una red de narcotráfico que transportaba divisas en vuelos internacionales, un vínculo familiar con una secretaria municipal, el uso de recursos públicos sin designación formal, y ahora, una mentira del intendente ante las cámaras que queda expuesta por un video.
Cortés eligió negar. Pudo haber dicho que Ferrari no trabaja en la municipalidad, pudo haber aclarado que su presencia es informal, pudo haber prometido investigar. Pero eligió decir que no lo conoce. Y esa mentira, ahora comprobada, plantea interrogantes aún más graves que la presencia misma de Ferrari en el municipio.
Si el intendente miente sobre algo tan fácilmente verificable, ¿sobre qué más miente? Si oculta una relación evidente con un condenado por lavado de dinero, ¿qué otras relaciones oculta? Si permite que alguien sin designación formal use recursos públicos y después niega conocerlo, ¿qué otros arreglos informales existen en la administración municipal?
Las fuentes consultadas hablan de "un compromiso asumido". No explican de qué tipo ni con quién. No aclaran por qué ese compromiso debe ser cumplido a costa de violar procedimientos administrativos y exponerse a responsabilidades penales. No justifican por qué ese compromiso vale más que la transparencia en el manejo de recursos públicos.
Ferrari tiene oficina, tiene camioneta, tiene acceso, tiene voz en reuniones oficiales. Lo que no tiene es designación. Y lo que Cortés no tiene ahora es credibilidad. El video de la Expo Laboral 2024 lo muestra caminando al lado del hombre que dijo no conocer, sonriendo, saludando, compartiendo un espacio público en su rol de intendente junto a alguien que debería estar, como mínimo, lejos de cualquier función pública.
La mentira del intendente no es un detalle menor. Es la confirmación de que hay algo que ocultar. Y cuando un funcionario público oculta, miente y se contradice, la pregunta deja de ser qué está pasando para convertirse en qué más está pasando que todavía no sabemos.