Por: Bache3000
"Este fallo bajo ninguna circunstancia va a torcer un milímetro de nuestro convencimiento", largó de entrada, como quien marca territorio antes de que se lo discutan. La estrategia ya estaba clara: apelar a la Corte Suprema de la Nación y aferrarse al voto disidente del juez Barotto, que según el intendente dejó en evidencia que no hay conflicto de poderes sino un grupo minoritario de concejales que pusieron palos en la rueda.
Dijo que los concejales no son el cuerpo completo, sino un grupo. Eso no los validaría para hacer el reclamo judicial. Hablando de minorías y mayorías, no es lo que piensa la mayoría de los jueces del STJ.
La bronca le salía por los poros. Responsabilizó directamente a los ediles que impulsaron la acción judicial y arremetió contra la carta orgánica municipal, a la que calificó de "vieja, añosa, rebuscada". Prometió impulsar su reforma el próximo año porque, según dijo, esa normativa es la que permite "este estado injusto, burocrático y totalmente insensible a la necesidad de la gente".
Al lado, su abogado Mike Domínguez, depués dijo qiue todos los puntos del refréndum son del área del ejectivo. O sea, los puede resolver él sin consulta. ¿Qué tiene que ver el referéndum o la Carta Orgpanica, entonces?
El intendente enumeró los puntos que quedaron en el aire con la suspensión del referéndum. La emergencia habitacional, que considera vital para que la gente acceda a terrenos. El tema Uber, sobre el que fue tajante: "Me voy a tomar unos días, voy a bajar la resolución de Genuso y el Uber va a ser totalmente libre en San Carlos de Bariloche". Sin vueltas, sin consultas. Una decisión ejecutiva que tomará por la suya. ¿Por qué no lo hizo antes?
También habló del elefante blanco, ese centro de convenciones inconcluso que quiere terminar. "Ya estamos trabajando ahí y queremos ponerle el techo", dijo. Lo mismo con la pileta climatizada en la playa Centenario. La que está reclamada por una empresa privada, en la que ya empezó con pequeñas obras, sin importar qué decía el referéndum. "Todas esas obras que formaban parte de la consulta popular seguirán adelante", aseguró, aunque más lento y con los recursos que tenga.
Cortés dedicó varios minutos al plan vial. Pavimentar calles que la gente no esperaba ver asfaltadas. "Algunos me han dicho 'yo pensaba que me iba a morir y no iba a pasar el pavimento'", contó, con cierto orgullo. Lo que no dijo es que su proyecto de pavimento se cobrará aparte de las tasas que ya se cobran. El fallo judicial complica el financiamiento, reconoció, pero prometió seguir.
En un momento de la conferencia, el intendente quiso hacer leña del árbol caído. Mencionó las elecciones del domingo pasado, en las que el peronismo ganó en Bariloche y su aliado Juntos Somos Río Negro quedó tercero. "El domingo el pueblo votó de una forma impensada. La vieja política está acabada, está totalmente acabada", disparó. Un sopapo a quienes llevan la política tradicional, dijo. No importó que él mismo hubiera estado aliado con esa fuerza que ahora considera derrotada.
Se lo vio enojado pero decidido a no dar el brazo a torcer. Insistió en que el referéndum no está cancelado sino suspendido, que la capacitación del personal electoral no fue dinero tirado sino una inversión para futuras consultas. Dijo que la Corte Suprema usará "la lógica, el sentido democrático de las cuestiones" y les dará la razón. ¿Cómo lo sabe?
"Nosotros no vinimos a hacer politiquería a la municipalidad, vinimos a cambiar una situación que por años nadie cambió", cerró, con ese tono de quien se siente incomprendido pero iluminado. La conferencia terminó entre respuestas cortadas y alguna pregunta que quedó en el aire. Cortés se fue como había llegado: convencido de que tiene razón y de que todos los demás están equivocados.