Por: Esteban Concia

En oportunidad de las fuertes movilizaciones anti Trump denominadas "No Kings", una de las publicaciones utilizadas por el presidente de EEUU fue realizada con IA tal como viene siendo una tendencia. 

En el posteo Trump aparecía como piloto de una especie de avión monoplaza de guerra tirando excremento a las personas movilizadas.   (https://truthsocial.com/@realDonaldTrump/posts/115398251623299921)

Pero un detalle significativo fue que una de las personas graficadas nítidamente es el creador de contenido Harry Sisson con dos millones de seguidores en TikTok y unos 180 millones de me gusta en sus publicaciones. 

Que el posteo sea con IA no necesariamente significa que esté orientado a dar una información falsa como generalmente se suele asociar, sino que son contenidos que más lo que buscan es reforzar el encuadre de una narrativa en la comunicación política. Es decir, el posteo no pretende que las personas consideren que el contenido es "real" sino en todo caso que vuelva a reforzar su sistema de creencias generales.

Por otro lado, la política ha dejado de ser exclusiva de "los políticos", cediendo parte del monopolio de la palabra y la acción a los creadores de contenido, en la medida que también ellos se posicionan dentro de la polarización existente como marca de época. 

Tampoco el mundo de las noticias ya no es monopolio exclusivo de los periodistas. 

Los creadores de contenido han crecido en la medida que el sistema de información y entretenimiento se recuesta cada vez más sobre opciones de plataformas digitales que tienen otra lógica de posesión y distribución. 

De posesión ya que en los medios analógicos lo que priva es el poder de tener una "sintonía" y un lugar destacado en la grilla mientras que en las plataformas lo que priva es la abundancia de contenido y el uso de las mismas. Son dos modelos casi contrapuestos.

Las plataformas digitales no promueven competencia ni exclusiones, por el contrario necesitan que todos tengan un lugar, que todos sumen "dosis de atención" de las personas. El negocio es la atención. 

Otra dato contextual es que las personas siguen más creadores de contenido que cuentas de marcas. Y eso abarca desde el periodismo, el arte y la cultural, la política. 

Menos cuentas institucionales más cuentas de tipo Lado B, que son aquellas que empujan una narrativa pero no son "cuentas oficiales".

Entonces, la conversación política ha excedido a los políticos, y hoy es compartida con los creadores de contenido que de manera paralela y no siempre coordinada son nuevos voceros de los partidos y sus tendencias. 

No gana el más fuerte, gana el más rápido, el que más se adapta. Y esos son los entienden el complejo edificio digital y son los que están construyendo poder.

Esa es otra diferencia:  el tiempo del político es racionalizado, especulado y no es constante, el del creador del contenido es minuto a minuto, su profesión es de consistencia y continuidad, no hay tiempo muerto. 

El método de Sisson es sumamente respetuoso del formato del video corto vertical: directo, auténtico, simple y minimalista. 

La técnica es hablarle a la cámara desde un plano muy cercano, utilizar clips de texto fijos en el entorno superior de la pantalla de manera de fijar claramente el tema y retener audiencia. 

Los temas son lo que suele estar en tendencia y así también utiliza el efecto de pantalla verde para comentar sobre un posteo de redes o una noticia.

Lo cierto es que también un político debería ser un creador de contenido. 

Pero rara vez esto se termina de entender.

Por ahora se pierde cada vez más espacio para las instituciones de la política en su capacidad de construir e imponer narrativas.

Los aliados #1 son los creadores de contenido, y esto no es un accidente o una coyuntura, esto es como todo va a funcionar de ahora en más.

Por eso Trump le tira excremento a Sisson, quien se ha convertido en una referencia nítida de oposición constante, todos los días.