sábado 08 de noviembre de 2025 - Edición Nº268

El Bardo de Siempre | 8 nov 2025

SEGUIMOS EN RETROCESO

"Antes nos gobernaba Goye, ahora los patovicas de Goye"

15:05 |Tras la balacera en la casa del delegado Mauricio Hernández, el intendente Walter Cortés y toda la plana mayor del municipio se hicieron presentes en el lugar. Una imagen que contrasta brutalmente con su ausencia sistemática en las marchas de vecinos, los reclamos por el vertedero, las convocatorias del Concejo Deliberante y otros episodios de violencia en la ciudad. ¿Qué los convocó esta vez? ¿Qué une a estos funcionarios con un hecho en el que nunca antes habían aparecido? Las preguntas se acumulan mientras el silencio de la política local se vuelve cada vez más ensordecedor.


Por: Bache3000

Ayer hubo una balacera en la casa del delegado Mauricio Hernández. Detenidos, policías pidiendo refuerzos a todas las comisarías, armas tiradas en las calles. Nada que no hayamos visto antes en esta ciudad. Pero algo fue distinto esta vez. Algo que merece que nos detengamos un momento.

Al lugar llegó el intendente Walter Cortés. También su secretario de Turismo, Sergio Herrero. Y Fabián Zúñiga, el secretario de Desarrollo Humano. Toda la plana mayor del municipio. Toda. En un video que grabó una vecina se ve al intendente conversando con uno de los integrantes de la familia "Gallina", una palmada en la espalda después de un diálogo que no sabemos de qué se trató pero que evidentemente existió.

Pensemos en lo que ha pasado en los últimos meses. Desaparece una chica como Mía y el intendente no aparece. El Concejo Deliberante lo convoca para hacerle preguntas sobre su gestión y no va. Los vecinos se reúnen desesperados porque se ahogan de humo con el vertedero y nadie del municipio se acerca. Los jubilados marchan todos los miércoles y no hay respuesta. Han habido otras balaceras en la ciudad, muertos, disturbios, y nunca nadie apareció desde el municipio. Nunca. Pero ayer sí. Ayer llegaron todos.

Cualquiera se pregunta: ¿con todo lo que pasa en la ciudad van a este hecho? ¿Qué une a todos esos funcionarios con un episodio parecido a miles de episodios en los que el intendente no está? ¿Qué los convoca cuando tantas otras cosas no los convocan?

Lo preocupante, lo verdaderamente temerario, es que se esté naturalizando el delito vinculado a la municipalidad. ¿Cuántos hechos más de este tipo se necesitan para ver el estado actual de las cosas? ¿Cuántos funcionarios con causas graves más hacen falta para darnos cuenta de lo que está pasando?

Cuando uno mira en retrospectiva, para los periodistas es como una acumulación de notas sobre el municipio vinculadas al delito. Y no de cosas lejanas y exiguas, sino de funcionarios en funciones, que hablan con el intendente, reciben sus órdenes, y actúan sabiendo que desde el Estado existen normas que deben cumplirse, porque esas normas son las que garantizan que el pago de impuestos no se tire a la basura en personas que el intendente decide designar pero que siguen actuando de la misma forma en que actuaron cuando estuvieron presos.

Y hay otra cosa más, algo que no se dice pero que está ahí, latente, esperando. ¿Qué pasa con el resto de la política? ¿Qué piensan hacer? ¿Qué deben hacer para salvar las instituciones y el patrimonio municipal? Muchos repiten por estos días: a Goye lo sacaron por mucho menos. Otros retrucan: antes nos gobernaba Goye, y ahora los patovicas de Goye. Esa es la diferencia.

La metáfora perfecta sobre cómo descendimos a los infiernos.

¿Hasta dónde pensamos llegar? ¿Qué esperamos de la política? Esas son las preguntas que nadie hace. O que se hacen en voz baja, como si formularlas en voz alta fuera peligroso, como si nombrar las cosas las hiciera más reales de lo que ya son.

Lo que sí está claro es que algo hay que hacer. No por estrategia ni por un carajo. Sino por Bariloche. Porque la política debe reivindicarse con la sociedad. Y el silencio no es el camino. El silencio nunca es el camino. El silencio es apenas una forma de complicidad, una manera de mirar para otro lado mientras todo se desmorona.

Ayer hubo una balacera y llegaron todos los funcionarios. Eso debería decirnos algo. Eso debería decirnos todo.

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