Por: Bache3000
El testigo, que se encontraba en el lugar, relató que el funcionario arribó al establecimiento cerca del mediodía en el vehículo oficial identificado con el número 328. Tras estacionar, ingresó al local gastronómico donde permaneció durante varias horas en lo que parecía ser una reunión social distendida.
La situación reaviva un debate recurrente en Bariloche sobre el uso de vehículos del Estado por parte de funcionarios municipales. Según la legislación vigente, estos móviles deben ser utilizados exclusivamente para el cumplimiento de funciones oficiales, no para actividades de carácter personal o recreativo.
Y no es la primera vez que ocurren durante esta gestión.
Desde el punto de vista legal, este tipo de conductas podrían configurar lo que la doctrina penal denomina "peculado de uso", una figura que sanciona el aprovechamiento temporal de bienes del Estado por parte de funcionarios públicos para fines distintos a los previstos. Si bien en Argentina esta figura no está expresamente tipificada en el Código Penal, existe debate doctrinario sobre si el uso indebido temporal de bienes públicos puede encuadrarse dentro del artículo 261 del Código Penal, que reprime con prisión de dos a diez años e inhabilitación absoluta perpetua al funcionario público que sustrajere caudales o efectos cuya administración, percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo.
Este episodio se suma a otros casos que han generado cuestionamientos ciudadanos sobre el uso de recursos públicos. Los vecinos que observan estas situaciones suelen manifestar su malestar, especialmente en un contexto donde se debate permanentemente sobre la necesidad de austeridad en la gestión pública y el uso eficiente de los recursos del Estado.