Por: Bache3000
Pero esta historia tiene un giro inesperado que nos recuerda por qué el fútbol es mucho más que once contra once. Cuando Carina Piñapil, presidenta de la Filial de River Plate Bariloche, se enteró de lo ocurrido esa misma noche a través de la mamá de Joako, no dudó ni un segundo. La angustia de ese niño la movilizó a actuar de inmediato.
"La mamá me comentó lo sucedido esa misma noche y la angustia y susto que tenía Joako. Inicié la colecta con la Filial", relata Carina. A la mañana siguiente, los hinchas de River no tardaron en responder al llamado de su presidenta. "Los hinchas colaboraron porque me acompañan en todas y juntamos el dinero para su remera", cuenta con orgullo.
Lo que siguió fue un acto de pura humanidad. La Filial de River Plate Bariloche le regaló a Joako una nueva camiseta de Boca. Sí, leyeron bien. Hinchas millonarios juntando dinero para comprarle la camiseta del eterno rival a un niño xeneize. Porque como bien dice Carina: "Es importante que la rivalidad quede en las tribunas y no en los corazones".
El objetivo era claro y simple: devolverle la sonrisa a Joako. Y lo lograron. "Se la llevé hoy a la tarde a su casa. Estaba súper contento. Indescriptible la alegría que tenía", cuenta emocionada la presidenta de la filial riverplatense. Antes de despedirse, Carina dejó un mensaje que debería resonar en cada cancha del país: "Que la empatía y la solidaridad no nos abandone".
La madre de Joako lo expresó con claridad en sus redes sociales, recontra agradecida con un gesto que hace del fútbol lo que realmente es, un deporte donde ser rivales no significa ser enemigos. "Viva el fútbol y que lluevan estos actos de unión y amor. Gracias Filial River Plate Bariloche. Y viva Boca", escribió, sintetizando en pocas palabras lo que muchos sienten pero pocos practican.
En tiempos donde la violencia en el fútbol ocupa demasiados titulares, este episodio nos devuelve la esperanza. Nos muestra que es posible vivir la pasión con intensidad sin perder la humanidad, que podemos defender nuestros colores con fervor pero tender la mano cuando el otro lo necesita.
La Filial de River Plate Bariloche dio una lección que trasciende cualquier resultado deportivo. Nos recordó que el fútbol, antes que nada, es un juego que nos une, no que nos divide. Que los colores que llevamos en el pecho no deberían nunca opacar los valores que llevamos en el corazón. Y que a veces, el gesto más grande es regalarle una sonrisa a un niño que ama este deporte tanto como nosotros, sin importar de qué cuadro sea. Esto es fútbol de verdad. Esto es respeto. Esto es humanidad. Y ojalá que historias como esta se multipliquen en cada rincón donde se juegue al fútbol, porque al final del día, todos somos parte de la misma hinchada: la del deporte más lindo del mundo.