Por: Martín Pargade
Federico Ingaramo recibió a este medio en las instalaciones de la organización para abordar con total apertura el funcionamiento interno de las escuelas que gestiona la Fundación, haciendo especial hincapié en los procedimientos que se siguen cuando surgen conflictos o situaciones complejas que involucran a estudiantes, docentes o familias.
"En cuestiones escolares, educativas, problemas que haya entre pibes y pibes, entre familia y escuela, entre profe y pibe, entre profe y profe, entre familia y profe, cualquier tipo de dificultad, inconveniente, problema que podamos tener dentro del ámbito educativo, lo manejamos con el sumo cuidado que amerita cada una de las partes", explicó Ingaramo al inicio de la conversación, marcando el tono de lo que sería un diálogo extenso sobre la complejidad de gestionar instituciones educativas en contextos vulnerables.
El directivo fue enfático al referirse al cuidado de los menores: "Si hay problemas que involucran a jóvenes, a niños, adolescentes, tenemos súper cuidado, no podemos exponer". Y amplió: "Una ya por criterio y por ética propia, pero después por respeto a la familia, ponete en el lugar de padre, yo me junto con un periodista, contar situaciones de ese lugar". Esta postura de reserva y protección de los estudiantes es, según Ingaramo, un pilar fundamental en el trabajo de la organización.
Consultado sobre los protocolos específicos que se aplican ante situaciones conflictivas, el director de Gente Nueva detalló: "Si yo veo dos chicos peleándose, yo más allá de separarlos, tengo todo un procedimiento que cumplir, que es informar a la escuela, a la autoridad superior, se avisa a la familia, depende de la gravedad del asunto, de la reiterancia que tiene, se avisa al equipo de supervisión, si es un caso de un chico, una familia que está acompañada por otro organismo, se tiene que dar aviso al organismo".
En este sentido, fue categórico al señalar que "hay un montón de pasos que se dan que no son materia de interpretación, ni de opinión, ni de acción de uno". Estos procedimientos, subrayó, exceden las decisiones individuales y forman parte de protocolos establecidos que deben cumplirse "en tiempo y forma" y siempre "por escrito".
Ingaramo compartió un ejemplo personal de su época como director en la Escuela 34 para ilustrar la rigurosidad con la que se abordan estas situaciones: "Tenía una situación de una familia muy complicada, una mamá también muy compleja, que agarraba los sábados a la noche, que tenía mi teléfono, obviamente me decía, y yo creo que hoy me mato, me cagaba en colores. Después que lo haga o no lo haga, yo me decía esa palabra, yo tenía que agarrar, hablar a la supervisión, hablar a la guardia de Senaptutu, desplegábamos todo un operativo, porque yo como responsable educativo, público, lo que sea, ya tomaba conocimiento de algo".
Una de las características distintivas de las escuelas de gestión social que destacó el entrevistado es la forma colegiada de tomar decisiones. "Nosotros sí tenemos espacio más colegiado o compartido de cómo tomar las decisiones o cómo afrontar los problemas", explicó. Todas las escuelas de la Fundación cuentan con espacios de "cogestión institucional", conformados por "el equipo directivo más profes o preceptores o secretarios de distintas áreas, donde cuando hay problemas o situaciones también se conversan entre ese grupo para pensar mejor las cosas".
El concepto de "revictimización" apareció como una preocupación central en el discurso de Ingaramo. "Pasa una cosa que cuenta una piba, lo cual lo valida. Un pibe cuenta un problema que tuvo con un compañero, con alguien de la escuela, lo cuenta a un adulto responsable, se deja sentado, eso lo refrenda con su familia, obviamente ya está, vamos a agarrar el pibe y pedirle cinco veces que vuelva a contar lo mismo", planteó con tono crítico, para luego sentenciar: "Ese es el cuidado que hay que tener, digamos, si no estás revictimizando todo el tiempo, generar una incomodidad".
Al referirse a la identidad de Gente Nueva, Ingaramo fue claro: "Es una organización para familias de trabajo formando laburantes, hoy o ayer salieron en El huerto orman 35 maestros, maestra mayor de obra para la ciudad, o sea, nuestra apuesta es formar laburante. Y lleva adelante por trabajadores, o sea es una organización de trabajadores, para familias trabajadoras, para formar trabajadores".
Esta estructura horizontal, sin embargo, no exime de responsabilidades cuando surgen conflictos. "En términos de conflicto, cuando hay dificultades entre compañeros de laburo, es re jodido, no es fácil, ni sencillo, ni cómodo, porque o fuimos compañeros o nos vemos de igual a igual", admitió con honestidad. Pero inmediatamente agregó: "Porque nadie le saca el culo a la jeringa, director sos, director sos, presidente, so presidente. Las responsabilidades son distintas".
Y concluyó tajante sobre este punto: "Cuando hay situaciones complejas, bueno, tenemos que tomar definiciones. Sí, las tenemos que tomar, porque volvemos al inicio, que cuidamos siempre a los pibes y a los pibas".
Respecto a situaciones recientes que generaron repercusión mediática, Ingaramo señaló que el mensaje institucional enviado tenía como objetivo principal "el cuidado de las formas y de relación que tenemos con los pibes". Y explicó: "El afecto nosotros como profe lo podemos manifestar desde el aprendizaje, desde la enseñanza, desde el respeto, por más que seamos adultos, de cómo te trato en tu lugar, eso tiene que ver más que un mensaje que nada de cuidado con eso".
Consultado sobre el impacto interno de la situación, el director fue categórico: "La verdad que no tuvimos, somos escuela de puerta abierta que se quiere acercar, no tuvimos llegada, ni comentarios de familia, ni preocupaciones". El tema se trabajó "en un espacio de gestión compartida, que éramos cerca de siete u ocho profes de distintos procedencia de la escuela, profe de taller, profe de áreas receptores, etc.", y según Ingaramo, "la verdad que se vive un clima bueno en la escuela".
Los números que aportó el entrevistado son elocuentes sobre el prestigio de la institución: "Terminamos en el sorteo para vacantes, primer año teníamos sólo 10 vacantes, porque lo otro lo ocupamos con las escuelas, nuestras familias, los familiares, había más de 200 inscriptos, una escuela súper buscada". Y agregó: "Yo estuve la semana pasada en los trabajos final, que es emocionante con los chicos del sexto año cuando terminan, que presentan sus proyectos finales, acompañados por las familias, por los profes. La verdad que es una escuela muy bien vista, muy valorada, muy deseada también bancada por los mismos pibes".
Ingaramo no eludió hacer autocrítica sobre las organizaciones sociales en general: "A veces nos creemos más poronga que no es", disparó sin vueltas. "A veces uno está en un contexto que hay que ubicarnos también en la palmera. Por eso yo también soy respetuoso de la gente que labura en las escuelas estatales y los compañeros que laburan en el organismo. Porque a veces estamos en los barrios y nos pensamos que somos los únicos que laburamos en los barrios. Y yo eso a mí me pone acá".
En el tramo final de la entrevista, el director de Gente Nueva fue transparente sobre las dimensiones de la organización y sus desafíos: "Tenemos 640 cargos docentes y con estructura que te dije así y nos equivocamos y la pifiamos y tenemos que hacer cosas desde ya". Y cerró con una reflexión sobre la naturaleza humana de la tarea que realizan: "No tenemos ni nada que esconder y que si nos equivocamos, nos equivocamos porque somos humanos".
La Fundación Gente Nueva gestiona actualmente varias escuelas en distintos barrios de Bariloche, atendiendo a cientos de estudiantes en contextos de vulnerabilidad social. Su modelo de gestión compartida y su énfasis en la formación de oficios la han convertido en una referencia en el ámbito educativo local, aunque no exenta de las complejidades y desafíos que supone trabajar en territorios donde las problemáticas sociales atraviesan cotidianamente la vida escolar.