Por: Bache3000
Hoy, 20 de noviembre, conmemoramos la heroica Vuelta de Obligado, aquella resistencia decisiva de 1845 frente al intento de las potencias europeas de navegar nuestros ríos como si fueran de ellos. Fue mucho más que una batalla o un hecho de guerra; fue la afirmación de un principio inquebrantable: la soberanía no se negocia.
En este aniversario quiero honrar a sus héroes, como al comandante Juan Bautista Thorne, un hombre que ya había defendido la soberanía en la Patagonia, acá, a orillas de nuestro río, en marzo de 1827 y que volvió a luchar por la patria en las barrancas del Paraná. Allí, en Obligado, Thorne perdió un oído por la explosión de una granada, ganándose el apodo que honra su sacrificio: “el Sordo de Obligado”.
Thorne encarna a los argentinos que desde siempre entendieron que la libertad se sostiene con coraje. Pero a 180 años de aquella gesta, el desafío por nuestra soberanía ha cambiado de campo de batalla.
Hoy, otras potencias buscan apoderarse de nuestro destino y nuestros recursos naturales a través de mecanismos más sutiles y efectivos: los procesos de endeudamiento externo masivo son la nueva arma de guerra. El control financiero se utiliza como coerción para imponer dependencia.
Por eso, el legado de Obligado nos interpela: la soberanía es una responsabilidad cotidiana, una decisión de no ceder nunca, sea ante la fuerza de los cañones extranjeros del pasado o ante la usura y la dependencia económica que nos imponen en el presente.
¡Defendamos nuestra Patria en todos los frentes! ¡Honor y Gloria a nuestros Héroes!.