viernes 21 de noviembre de 2025 - Edición Nº281

El Bardo de Siempre | 21 nov 2025

"ALTA VULNERABILIDAD"

El Concejo protege el Mallín del Km 12 y congela toda obra hasta elaborar un plan de manejo

09:08 |La ordenanza aprobada este jueves declara al humedal y Bahía Serena como área de vulnerabilidad ambiental y prohíbe construcciones, rellenos y modificaciones del terreno por 90 días mientras se diseña una estrategia de conservación participativa. El proyecto es de la edil Julieta Wallace.


Por: Bache3000

El Concejo Municipal de San Carlos de Bariloche aprobó ayer un proyecto de ordenanza que busca frenar el deterioro del Mallín del Km 12, un humedal único ubicado en la zona oeste de la ciudad que durante años ha sufrido el impacto de la urbanización, la contaminación y la modificación de su estado natural. La medida establece protecciones inmediatas mientras el municipio elabora un plan integral para recuperar y preservar este ecosistema.

La ordenanza declara como Área de Vulnerabilidad Ambiental tanto al mallín propiamente dicho como a la Bahía Serena, reconociendo que ambos espacios están conectados y que el deterioro de uno afecta directamente al otro. Los mallines son humedales típicos de la Patagonia, zonas bajas donde se acumula agua de lluvia y escurrimiento que funcionan como esponjas naturales, regulando las inundaciones y albergando una gran diversidad de plantas y animales que no se encuentran en otros ambientes de la región.

Desde ahora y por un plazo de 90 días, quedan suspendidos todos los permisos de obra nueva en el área, incluso aquellos trámites que ya estaban en curso pero no cuentan con aprobación definitiva. La norma también prohíbe una serie de actividades que han venido dañando el mallín: colocar cercos perimetrales, rellenar terrenos, mover suelos, cortar árboles, hacer desmontes, modificar o desviar arroyos, abrir calles, consolidar huellas o conectar nuevos servicios de luz, gas o agua. El objetivo es claro: detener cualquier acción que siga alterando este ambiente frágil mientras se define cómo protegerlo a largo plazo.

El proyecto se apoya en un estudio técnico de 2009 realizado por investigadores del Centro Regional Universitario Bariloche que diagnosticó la situación del mallín y advirtió sobre su degradación. Aquel informe encontró altas concentraciones de nutrientes y materia orgánica en el agua, indicando contaminación principalmente de origen cloacal, ya que los barrios aledaños no cuentan con red de cloacas y dependen de sistemas individuales que no funcionan adecuadamente en esos suelos. También documentó la pérdida de especies vegetales, la mortandad de arbustos, la disminución de aves y los problemas causados por la modificación de los canales naturales de drenaje.

Los investigadores advirtieron entonces que el mallín cumple un rol fundamental en la prevención de inundaciones y que su degradación podría contaminar la playa pública de Bahía Serena, uno de los pocos espacios recreativos de este tipo en la ciudad. El informe fue categórico: aunque el daño ya causado impide volver a un estado prístino, es posible y necesario implementar medidas para detener el deterioro y recuperar en la medida de lo posible las funciones ecológicas del ecosistema.

La nueva ordenanza le encomienda al municipio elaborar en esos 90 días un Plan de Manejo que deberá hacerse de forma participativa. La tarea quedará en manos de la Dirección de Áreas Protegidas junto con la Secretaría de Planeamiento Territorial, pero deberán convocar a profesionales de la Universidad Nacional del Comahue, la Universidad Nacional de Río Negro, el Centro Científico Tecnológico Patagonia Norte y, cuando corresponda, a la Comisión de Calidad y Preservación de Recursos Hídricos. También se prevé la participación de vecinos y vecinas que quieran sumarse.

Ese plan deberá identificar distintas zonas dentro del área protegida: una Zona de Recuperación Ambiental para sectores más dañados que necesitan restauración, una Zona de Amortiguación donde se permitan algunos usos controlados, y una Zona de Reserva Ambiental de máxima protección. Para cada zona se establecerán qué actividades están permitidas y cuáles no. Una vez elaborado, el plan deberá volver al Concejo para su aprobación mediante una nueva ordenanza.

La norma se enmarca en el cumplimiento de la Carta Orgánica Municipal, que en su artículo 185 establece que "la Municipalidad protege y regula el uso racional de los humedales dentro del ejido, favoreciendo el mantenimiento de los mismos en su estado natural". También responde a la ordenanza municipal que en 2017 creó un Sistema de Protección de Humedales y ordenó realizar un inventario de estos ambientes en la ciudad, tarea que aún no se ha completado.

El texto aprobado invoca además el principio precautorio previsto en la misma Carta Orgánica, que establece que ante el peligro de daño grave e irreversible, la ausencia de información científica completa no debe ser razón para postergar medidas de protección ambiental. Es decir, aunque falte información, si hay evidencia de riesgo hay que actuar.

Para garantizar el seguimiento de la elaboración del Plan de Manejo, la ordenanza crea una Comisión Especial dentro de la Comisión de Gobierno y Legales del Concejo, que monitoreará todo el proceso. La autoridad de aplicación será la Secretaría de Planeamiento Territorial.

El proyecto fue presentado por la concejal Julieta Wallace del bloque Incluyendo Bariloche, con la colaboración de la Asociación Civil Árbol de Pie Bariloche y la gestora ambiental Grace de Haro, autora de una tesis sobre gestión de riesgos ambientales en el mallín. La iniciativa surgió justamente de la organización ambientalista, que venía alertando sobre la necesidad urgente de proteger este humedal.

Los antecedentes normativos no son nuevos. Ya en 2006, una resolución municipal había prohibido temporalmente los permisos de obra en las parcelas del mallín. En 2019, la ordenanza que aprobó el Plan de Desarrollo Urbano Ambiental Oeste incluyó como "Proyecto Estratégico" la revalorización del Mallín del Km 12, pero nunca se concretó. Ahora, con esta ordenanza, hay un plazo concreto y medidas de protección inmediatas mientras se define el camino a seguir.

Los vecinos, empresas de servicios, colegios profesionales y juntas vecinales de la zona serán notificados fehacientemente sobre las nuevas restricciones. La ordenanza entrará en vigencia desde su promulgación y se publicará en el Boletín Oficial. Quedan 90 días para que el municipio, con participación de la comunidad científica y los vecinos, diseñe el futuro de uno de los ecosistemas más valiosos y amenazados de Bariloche.

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