Por: Bache3000
La historia de Nicolás comenzó hace nueve años en Misiones, donde nació sin complicaciones aparentes. Pero a los cuatro meses, Jenny notó que algo no andaba bien en el ojo derecho del bebé y lo llevó al hospital. Desde ese momento, la vida de esta joven familia cambió para siempre. El diagnóstico fue contundente y difícil de procesar para una madre primeriza que apenas comenzaba a conocer a su hijo: malformación vascular, una condición compleja que requeriría años de tratamiento y seguimiento especializado.
Buscando un nuevo comienzo y mejores oportunidades, Jenny decidió mudarse a Villa La Angostura con sus hijos. Allí encontró trabajo y un lugar donde vivir, pero la realidad médica de la región patagónica se impuso rápidamente. Nicolás necesita atención de especialistas que simplemente no existen en el sistema público local. Su neuróloga infantil, Eliza Pérez, trabaja en Bariloche y tiene experiencia previa en el Hospital Gutiérrez de Buenos Aires, el mismo centro de referencia donde Nicolás debe atenderse periódicamente. También requiere seguimiento oftalmológico especializado con Paula Andreu, una profesional experta en glaucomas que monitorea el estado de su ojo afectado.
Pero no alcanza con los controles regulares. A mediados de septiembre, Nicolás presentó una complicación que encendió todas las alarmas y la familia debe volver urgente a Buenos Aires, al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, el único lugar del país donde pueden atender su condición específica. Ya estuvieron allí en enero de este año durante 25 días por el mismo motivo, y Jenny sabe exactamente lo que significa ese viaje en términos económicos y emocionales.
El cálculo es preciso y desolador. Necesita juntar al menos un millón de pesos para cubrir tres pasajes de avión desde Bariloche hasta Buenos Aires, porque Agostina va con ellos a todos lados, además de alojamiento, comida y traslados durante el tiempo que dure la internación o los estudios. Según sus propios números, basados en lo que gastó en enero, ese dinero representa apenas lo mínimo necesario, y los precios ya subieron un diez por ciento desde entonces.
Mientras tanto, en Villa La Angostura debe seguir pagando el alquiler, las terapias privadas de Nicolás y la atención psicológica que no pudo conseguir en el sistema público por falta de turnos para pacientes nuevos. Lo mismo ocurre con kinesiología y neurodesarrollo. Cualquier estudio que Nicolás necesite y que teóricamente podría hacerse en un hospital público implica viajar ocho horas hasta Neuquén capital, como ocurrió el año pasado cuando lo atendieron en el Centro Oncológico Integral, o ir hasta San Martín de los Andes, que le resulta más accesible pero igualmente representa un gasto importante.
Por suerte, Nicolás tiene amor a su alrededor. Sus amigos lo quieren, no lo molestan ni le hacen burla. En Villa La Angostura encontró abuelos de corazón, los dueños de la casa que alquila Jenny, que lo aman como si fuera su propio nieto. Tiene tíos, tiene gente que lo acompaña y lo sostiene.
Jenny es madre y padre al mismo tiempo, trabaja limpiando casas ajenas para mantener a sus dos hijos, y ahora enfrenta una carrera contra el tiempo. Nicolás necesita viajar, necesita que lo vean los especialistas del Gutiérrez, necesita que su mamá consiga ese dinero que parece imposible cuando los números no cierran a fin de mes. Por eso pide ayuda, por eso comparte su historia, por eso deja su alias de Mercado Pago abierto a la solidaridad de quienes puedan aportar algo para que este viaje sea posible.
DATOS PARA COLABORAR CON JENNY Y SU FAMILIA
Facebook : Jenny Acosta
Whatssap: 1131484511
Alias mercado pay: JENNY2802
Alias BANCO DE LA PROVINCIA DEL NEUQUÉN ;
EUROPA.PUMA.RATO