Por: Bache3000
La planilla dice todo, pero hace falta detenerse en los números hasta que empiecen a hablar. El presupuesto que el secretario de Turismo Sergio Herrero llevará este martes al directorio del Emprotur suma 2.232 millones de pesos para eventos 2026, pero el Ente tiene techo: 1.800 millones. La cuenta no cierra, se pasa por 600 millones, exactamente lo que costarían dos incorporaciones que Herrero incluyó por iniciativa propia al calendario oficial de Bariloche: dos nombres que resuenan más en los programas de chimentos porteños que en la historia turística patagónica: Fabio Cuggini, el peluquero de las estrellas, y Luis Ventura, con quien Herrero realizaría el Martín Fierro Nacional de Turismo. Para ellos, para que vengan un día, tal vez dos, Bariloche debería destinar 300 millones a cada uno.
Trescientos millones de pesos para Cuggini. Trescientos para Ventura y su ceremonia de premios. Seiscientos en total para dos eventos que ni siquiera figuraban en el mapa hasta que Herrero los inventó. Mientras tanto, la Fiesta Nacional del Chocolate, con años de historia y convocatoria internacional, tiene asignados 250 millones. La Fiesta de la Nieve, el evento insignia que durante años llenó hoteles en plena temporada baja, recibe 300 millones. Bariloche a la Carta, que transformó la gastronomía local en un imán turístico de renombre continental, también 300 millones. El Carnaval, que este año funcionó perfecto con presupuesto y demostró su capacidad de tracción, otros 300 millones. Todos esos eventos duran varios días, traen turismo masivo, generan un retorno económico cuatro veces superior a lo invertido, construyeron marca durante años. Pero resulta que un desfile de temporada y una entrega de premios valen más que la nieve o el chocolate, más que Bariloche a la Carta, más incluso que fiestas de arraigo nacional e internacional.
Cuando uno mira la planilla con detenimiento, aparecen otros eventos nuevos destacados en amarillo: Fiesta del Estudiante con 10 millones, Día del Hostel con 4 millones, Fiesta Nacional del Curanto con 10 millones, Campeonato Brasileño de esquí con 5 millones. Son incorporaciones pedidas por distintos sectores turísticos, con presupuestos modestos y razonables que buscan diversificar la oferta. Pero entre todos esos eventos nuevos hay dos que sobresalen, dos que concentran el grueso del excedente presupuestario, dos que no surgen de ningún pedido sectorial sino que Herrero incorporó por decisión personal: los 300 millones para el desfile con Cuggini y los 300 para el Martín Fierro con Ventura.
La pregunta obvia es quién necesita esto, para qué, con qué criterio se decide que un peluquero y un periodista de espectáculos justifican semejante erogación en una ciudad que tiene déficit habitacional, problemas de basura sin resolver, calles rotas, y hasta mercados por abrir que podrían generar más divisas para toda la ciudad. Y sobre todo, para qué generar un conflicto innecesario con el sector turístico justo ahora, cuando el intendente Walter Cortés no necesita abrir otro frente de tensión con quienes deberían ser sus aliados naturales en la gestión.
El martes el directorio del Emprotur se reunirá para votar, porque por suerte el organismo funciona por mayorías y no por voluntad de un secretario con ideas innovadoras. Ahí se verá si los representantes del sector privado, las cámaras empresariales, los concejales que integran el directorio, avalan este desborde o ponen un freno. Y ahí también se medirá cuánto desgaste político innecesario está dispuesto a tolerar Cortés por defender las ocurrencias de su secretario. Porque no se trata sólo de plata, se trata de qué imagen proyecta Bariloche, qué mensaje manda el gobierno municipal cuando propone gastar el equivalente a dos fiestas nacionales consolidadas en traer a dos figuras del espectáculo metropolitano para eventos que nadie pidió, que ningún sector reclamó, que Herrero incorporó por decisión propia.
Lo último que necesita el intendente es volver a tener discusión con un empresariado turístico con el que está recomponiendo la relación, justo el sector que más depende de las políticas públicas para sostener la actividad económica de la ciudad. Actividad que necesita unidad y no divisiones.
Y hay un detalle que no conviene olvidar: hace unos años, Luis Ventura sacó una nota en sus programas y portales señalando que Sergio Herrero era la pareja de la ex mujer de Jorge Rial, Silvia D'Auro, solo porque lo habían visto bailar con ella en un evento. Herrero lo desmintió con fastidio, casi ofendido por la insinuación. Ahora, a la luz de estos presupuestos y de la presencia estelar que Ventura tendría en el calendario turístico barilochense con sus premios Martín Fierro, da la impresión de que aquella nota fue un pacto anticipado.
Ahora queda por ver si la propuesta de Sergio Herrero tendrá consenso. Todo, antes que parta hacia una operación de rodilla que lo tendrá varios meses postrado.