miércoles 03 de diciembre de 2025 - Edición Nº293

El Bardo de Siempre | 28 nov 2025

MEDIA PILA, MUCHACHOS

Acoso callejero en Bariloche: el relato de una vecina que encendió el debate sobre la realidad que viven las mujeres

Un mensaje en el forobardo de Bache3000 expuso la realidad que muchas mujeres enfrentan a diario en diferentes lugares del espacio público local. Entre comentarios que minimizan, justifican o directamente niegan el problema, la denuncia en redes de una joven que fue "piropeada" junto a su madre mientras compraban en una verdulería volvió a poner sobre la mesa una discusión incómoda pero necesaria.


Por: Bache3000

"Buen día muy madruguero bache, como estas? No me iba a quejar pero la verdad que quede molesta. Fui a comprar con mi vieja a Díaz Hermanos, y uno de los empleados le dijo a mi vieja 'Suegra' a modo chiste. No me quiso decir quién fue el macanudo para que no lo encare y le corte el mambo pero la verdad que bronca", comenzó el relato de la vecina en el foro de Bache3000, dejando en claro su frustración ante un episodio que, aunque pueda parecer menor para algunos, forma parte de un patrón más amplio de hostigamiento que las mujeres experimentan en el espacio público.

El testimonio no tardó en generar reacciones de todo tipo. Mientras algunas usuarias compartieron sus propias experiencias y respaldaron el reclamo, otros comentarios reflejaron exactamente aquello contra lo que la joven protestaba. La minimización del acoso callejero aparece en distintas formas, desde quienes lo califican como simple cortesía hasta quienes acusan a las mujeres de ser "demasiado sensibles" o de estar "atrasadas décadas" por reclamar respeto en el espacio público.

"Venimos de días de calor, me cago chivando en mi laburo, salgo y quiero estar fresca, no se puede circular en vestido tranquila? Al pajero le digo, estamos en 2025, hace falta ser tan simio alzado?. ¿Hay que seguir limitándose con lo que uno usa de ropa para que no se desubiquen?", cuestionó la vecina, señalando una realidad que muchas mujeres conocen bien pero que sigue siendo ignorada o naturalizada por gran parte de la sociedad.

La discusión que se generó en el foro expone las distintas miradas sobre un fenómeno que, lejos de ser anecdótico, está tipificado por ley. La normativa 27.501, sancionada en 2019 como modificatoria de la Ley de Protección Integral a las Mujeres, establece el acoso callejero como una modalidad de violencia contra las mujeres. La legislación define específicamente a la violencia en el espacio público como aquella ejercida por una o más personas en lugares públicos o de acceso público, a través de conductas o expresiones verbales o no verbales con connotación sexual que afecten la dignidad, integridad, libertad o libre circulación de las mujeres, o que generen un ambiente hostil u ofensivo.

 

Estalló el forobardo

Sin embargo, la existencia de un marco legal no ha logrado modificar conductas profundamente arraigadas ni ha impedido que estos episodios se repitan día tras día. Los comentarios registrados en Instagram dejaron ver las distintas posiciones que conviven en la ciudad respecto de este tema. Desde quienes argumentan que "le dijo SUEGRA, en donde ves la desubicacion nena?" hasta quienes sostienen que "qué raro una mujer bardeando a otra mujer", pasando por aquellos que directamente acusan de "feminazis" a quienes reclaman poder transitar la calle sin comentarios no solicitados.

Una de las respuestas más reveladoras fue la de quien planteó que "es tan simple como el 'verdulero' está en horario laboral, es cero profesional de su parte y si genera alguna incomodidad, sí, está mal", estableciendo un límite claro que para muchos parece difuso o directamente inexistente. Otro comentario señaló que "una cosa es que te valla de frente y te diga sos linda o estás hermosa o piropos lindos, otra cosa es sobrepasar los límites morales".

La discusión evidencia también el hartazgo de muchas mujeres ante situaciones que se repiten constantemente. "Soy yo o cada vez es más común este tipo de acoso? Como que empieza a ser respaldado socialmente de nuevo", se preguntó una usuaria, identificando un fenómeno que preocupa a quienes han visto cómo ciertos avances en materia de respeto y convivencia parecen retroceder en los últimos tiempos.

Varias participantes del debate compartieron sus propias experiencias. Una mujer relató que los viernes, al volver del trabajo, enfrenta "más de un bocinazo y palabras entre dientes", agregando que "soy común y corriente. Ni pollera, ni vestido, nada que se pueda ver para que no digan que una provoca. No camino más. Es normal eso?". Otra comentó que estaba considerando ir en bicicleta al trabajo pero que entre "los perros, los pajeros y los simios conductores" prefería tomar el transporte público.

Los intentos de minimizar o justificar estas conductas aparecieron de manera recurrente en el intercambio. Desde quienes afirmaron que "eso no es acoso, puede ser desubicado o atrevido pero no constituye un delito"."Cuántas mujeres machirulas te siguen bache, vergüenza dan", señaló otra vecina.

La autora del mensaje que desató el debate en redes cerró su relato expresando su enojo y dejando en claro que no volvería al comercio en cuestión. "Ojala te lea alguien de la empresa, no hace falta ser tan michirulos. Me quede con las ganas sinceramente de saber quien era el chistosín, le ahorro el papelon mi vieja. Pelotudo!!!", escribió, en un testimonio que condensa la bronca de quien sabe que enfrentarse en el momento podría generar una situación aún más incómoda o incluso peligrosa.

El debate generado en el forobardo de Bache3000 refleja, en definitiva, una tensión más amplia que atraviesa a la sociedad barilochense y argentina en general. Por un lado, una creciente conciencia sobre los derechos de las mujeres a circular libremente por el espacio público sin ser objeto de comentarios, gestos o conductas no deseadas. Por el otro, resistencias que van desde la negación del problema hasta la hostilidad abierta contra quienes se atreven a señalarlo. Mientras tanto, las mujeres siguen modificando sus recorridos, su vestimenta y sus horarios para evitar situaciones que, según la ley vigente, constituyen una forma de violencia pero que gran parte de la sociedad todavía se niega a reconocer como tal.

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