Por: Bache3000

Hay momentos en que la realidad imita tan bien a la ficción que uno no sabe si reír o preocuparse. Ayer, en la reunión del directorio de EMPROTUR, ocurrieron las dos cosas al mismo tiempo.

La agenda prometía resolver dos asuntos estratégicos. El primero: elegir al nuevo Director Ejecutivo del ente. Después de cuatro meses de proceso, quedaban dos candidatos en pie. Un tercero había sido descartado por un pequeño detalle: trabajaba como funcionario en otro municipio. Los dos finalistas, en teoría, estaban listos para la entrevista definitiva.

Pero uno perdió el avión. El vuelo de Buenos Aires a Bariloche, simplemente, se fue sin él. Los directores, comprensivos, le pidieron que se conectara por videollamada. Tampoco pudo. En 2025, en plena era de la hiperconectividad, el candidato se esfumó. No hubo Zoom, no hubo Meet, no hubo nada. El silencio fue total. Todo había empezado raro.

El otro candidato sí estaba presente. Hizo la entrevista. Todo parecía encaminarse hasta que alguien preguntó: ¿conoce usted a Juan Ponce? Ponce es el responsable de la agencia contratada para hacer la preselección de los treinta candidatos originales. También es ex candidato a intendente por el radicalismo. El candidato dijo que no, que no lo conocía. La respuesta fue clara, firme, categórica.

Los directores miraron sus papeles. La información que tenían decía otra cosa. Entonces le preguntaron a Ponce directamente: ¿existe algún vínculo con este candidato? Ponce también dijo que no. Otra negativa rotunda. Pero los directores no se quedaron con esa versión. Investigaron. Y descubrieron que el vínculo no solo existía: uno había vivido en la casa del otro.

¿Para qué negarlo? Esa es la pregunta que nadie pudo responder. La mentira, o mentirita, como se dice cuando uno quiere minimizar lo grave, hizo estallar todo. Los directores dudaron del proceso entero. Si mintieron en esto, pensaron, ¿en qué más mintieron? El cargo quedó vacante. Los cuatro meses de trabajo se evaporaron. Ahora hay que empezar de nuevo.

Pero eso no fue todo. El segundo tema de la agenda era el Plan de Acción para 2026. Sergio "Chupete" Herrero, presidente del ente, había incluido una serie de eventos que superaban el presupuesto aprobado por más de seiscientos millones de pesos. Entre esos eventos figuraban una propuesta con el periodista Luis Ventura y otra con Fabio Cuggini, el peluquero. Ambas eran iniciativas exclusivas del secretario de turismo. En el directorio, varios miraron esos nombres con extrañeza. ¿Qué tiene que ver un peluquero con un plan estratégico de turismo?

El malestar ya estaba instalado cuando se descubrió la mentira del candidato y el consultor. Ahí, los directores se levantaron de la mesa. Enojados, escandalizados, hartos. La reunión terminó sin que se votara el Plan de Acción. Herrero intentó convocar una sesión extraordinaria antes del lunes, fecha en la que se irá de licencia. Quería aprobar todo antes de partir. Nadie confirmó asistencia. La próxima reunión de directorio será sin él: se tomará licencia.

Lo que empezó como un día de definiciones terminó en una demostración de cómo las pequeñas mentiras derrumban estructuras enteras. Un avión perdido, una videollamada imposible, una negación innecesaria. Pero todo olía raro. Y ahora, EMPROTUR deberá reiniciar todo el proceso desde cero, mientras Bariloche espera un director ejecutivo que se haga cargo del ente más importante y necesario que tiene la ciudad.