lunes 08 de diciembre de 2025 - Edición Nº298

Sólo el vecino salva al vecino | 3 dic 2025

OTRA EXPERIENCIA DE ESTE BARILOCHE

"Ya no existe la Navidad": el crudo panorama de fin de año en los barrios de Bariloche

Pedro Rosales vende zapatillas junto a su esposa en el barrio Sara María Furman. Desde ese rincón de Bariloche, donde alguna vez la calle Brown marcaba una frontera invisible entre dos ciudades, observa cómo este diciembre llega con un silencio distinto al de otros años. "Ya no existe Navidad, año nuevo para la gente prácticamente no se escucha", dice sin vueltas, reflejando una realidad que trasciende la estadística y se instala en la vida cotidiana de los barrios barilochenses.


Por: Martín Pargade

La actividad comercial que tradicionalmente repuntaba en estas fechas simplemente no llegó. "Este año estuvo todo mal, la verdad", reconoce Pedro. La apertura de la frontera con Chile durante gran parte del año derivó en una fuga de consumidores que buscaron mejores precios del otro lado de la cordillera. Ahora, cuando intentan retomar las ventas, se encuentran con que diciembre ya está encima y "no hay expectativa de nada". El negocio familiar que trabaja principalmente con vecinos de Bariloche, ofreciendo cuotas y facilitando pagos, no logra despegar. "La gente busca la comida diaria", resume.

La situación laboral en los barrios es crítica. "No hay laburo, no se consigue laburo", repite Pedro, describiendo una dinámica donde llegar al 15 de cada mes se convierte en una odisea y donde ni siquiera alcanzar el día 10 parece posible. Esa presión económica tiene un correlato directo en el ánimo festivo. "Antes llegaba diciembre y la gente se preparaba, ahora no hay ánimo y no porque no te alcanza para el pollo", explica, haciendo referencia a la ausencia de ese espíritu que tradicionalmente acompañaba las fiestas de fin de año. En su visión, las próximas celebraciones "van a ser un día más", continuando una tendencia de los últimos años donde cada fiesta es peor que la anterior.

La ausencia del Estado se siente con particular intensidad en estos barrios. "El Estado ausente en los barrios de Bariloche siempre fue así, o sea nosotros nunca vinieron, nunca nada, nos trajeron nada", señala Pedro con una mezcla de resignación y realismo. No hay expectativas de que surjan programas de asistencia o contención, ni siquiera existen oficinas de desarrollo social en la zona. Los vecinos quedan librados a sus propios recursos, "luchando entre nosotros, entre los vecinos", en una solidaridad de la necesidad que reemplaza políticas públicas ausentes.

El crecimiento demográfico de Bariloche, con la llegada de mucha gente de afuera, ha modificado la dinámica barrial. "Hay mucha gente nueva, no se conocen, no los conocemos, el vecino anda con un poco de miedo", describe Pedro. En su barrio, donde predominan los vecinos mayores, se cuidan entre ellos ante una inseguridad creciente. Los robos se multiplicaron, particularmente de celulares en plena calle. "Antes en Bariloche no había, ahora te roban el celular en la esquina, no podés mandar a tu hijo a comprar, no podemos salir después de las 10 de la noche", enumera.

La problemática de las drogas atraviesa esta realidad. "La droga hace estragos", sintetiza, vinculando el consumo con el aumento de la violencia en los barrios. Los jóvenes están cada vez más complicados y, desde su perspectiva, el Estado no interviene con políticas de prevención o rescate. "Se pueden hacer muchas cosas para poder rescatar a los pibes, pero bueno, con un Estado ausente, todo muere ahí", lamenta.

La infraestructura básica también falla. En el Sara María Furman hay casas sin conexión de gas en pleno 2025, una carencia que Pedro califica de "locura". En invierno recurren a la leña, con los peligros que eso implica, y en verano no pueden hacer fuego por riesgo de incendios forestales. La falta de luminaria adecuada suma otro factor de inseguridad en una zona que creció sin planificación.

El gobierno municipal de Walter Cortés recibe una evaluación lapidaria desde el barrio. "La mirada que tenemos del gobierno la verdad que es nula porque no tenemos ayuda", afirma Pedro. Señala que en este mandato el intendente no se acerca a los barrios, que nunca visitó el Sara María Furman, y que la gestión municipal simplemente no existe en la vida cotidiana de estos vecinos.

La Feria de 25 de Mayo, que era sustento de muchas familias de la zona, tampoco escapa a la crisis general. "Vas y no vendés, no hay plata en la calle", describe Pedro, resumiendo una situación que afecta a todos los sectores. Cuando se le pregunta por el panorama de fin de año en los barrios, su respuesta es contundente: "Yo creo que no hay fiesta". Vas al supermercado y no te alcanza para la carne, mucho menos para las compras especiales que requiere una celebración.

"Ojalá y Dios quiera que este año no se complique, que tratemos de estar todos más o menos en familia, que los adolescentes piensen un poquito", cierra Pedro, con un deseo que suena más a esperanza que a expectativa concreta. En el barrio Sara María Furman, como en muchos otros sectores de Bariloche que quedaron lejos de la postal turística, el fin de año 2025 llega sin brillo, sin fiesta y con la certeza de que "cada vez es peor".

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