Por: Bache3000
Un video difundido por familias de alumnos de la Escuela de Formación Cooperativa y Laboral N° 6 volvió a poner en evidencia una problemática que se arrastra desde mediados de año y que ahora llegó a un punto insostenible. La presencia de ratas en el establecimiento educativo, donde se forman alumnos que presentan alguna discapacidad, obligó a suspender las clases de manera indefinida, mientras padres y madres reclaman soluciones definitivas ante una situación que afecta directamente la salud y la continuidad pedagógica de los estudiantes.
Mabel, una vecina que lleva a su hijo a la escuela, describió a Bache3000 el panorama que atraviesan desde hace meses y que en las últimas dos semanas se agravó de manera alarmante. Según relató, las autoridades del establecimiento habían prometido tapar todos los huecos por donde ingresaban los roedores, pero las medidas nunca se concretaron y el problema escaló hasta volverse inmanejable. La situación llegó al extremo de que una funcionaria del Consejo Escolar Zona Andina tuvo que retirar una rata muerta en una bolsa, una imagen que refleja la magnitud de la crisis sanitaria que atraviesa la comunidad educativa.
La dinámica que se instaló en la escuela es tan precaria como preocupante. Cada mañana, el personal del establecimiento encuentra excrementos de roedores en las instalaciones, lo que dispara la suspensión inmediata de las clases. Los chicos son enviados de regreso a sus casas mientras se procede a limpiar todo con lavandina, una medida que apenas alcanza para desinfectar de manera superficial pero que no resuelve el origen del problema. Al día siguiente, las autoridades habilitan nuevamente las clases hasta que la presencia de nuevos excrementos vuelve a disparar el mismo ciclo de suspensiones y habilitaciones express.
La dirección de la escuela envía notas de manera sistemática al Consejo Escolar Zona Andina, que responde con inspecciones rutinarias en las que se limita a retirar los excrementos visibles sin atacar las causas estructurales de la invasión. Las familias denuncian que en estas condiciones resulta imposible sostener la actividad educativa y exigen que se tomen medidas definitivas para erradicar la plaga, garantizar la salubridad del edificio y permitir que sus hijos puedan asistir a clases sin riesgos para su salud.