Por: Bache3000
Los números exponen una radiografía contundente del estado de ánimo social: el 26% considera que a Bariloche le irá "peor" el año próximo, y otro 24% directamente espera que las cosas vayan "mucho peor". En conjunto, el 50% de los encuestados proyecta un escenario negativo para la ciudad, consolidando una percepción generalizada de deterioro que atraviesa distintos sectores de la comunidad.
En el polo opuesto, solo el 14% de los consultados cree que la situación mejorará "mucho", mientras que otro 11% espera que mejore "mejor", sumando un magro 25% de visiones optimistas. Esta brecha de 25 puntos porcentuales entre pesimistas y optimistas refleja el desencanto predominante en una ciudad que enfrenta múltiples desafíos en materia de gestión municipal, servicios públicos y desarrollo económico.
El dato quizás más significativo es que apenas el 15% de los encuestados cree que las cosas permanecerán igual, lo que indica que la mayoría percibe que Bariloche está en un punto de inflexión: o mejora sustancialmente o continúa su deterioro. Esta sensación de encrucijada se complementa con un 10% que directamente prefirió no arriesgar un pronóstico, respondiendo con ironía "qué sé yo, no soy vidente", una expresión que también habla del escepticismo y la desconfianza hacia cualquier promesa de cambio.
Los resultados de esta consulta ciudadana llegan en un contexto de denuncias por corrupción, cuestionamientos a la gestión municipal y múltiples conflictos sin resolver que marcan la agenda pública de Bariloche. El pesimismo mayoritario no surge en el vacío, sino que parece reflejar el cansancio de una población que ha visto cómo los problemas estructurales de la ciudad se perpetúan año tras año sin soluciones concretas.