Por: Bache3000

Después de tres inviernos soportando restricciones, las localidades cordilleranas de Río Negro, Neuquén y Chubut volverán a tener gas natural disponible para nuevas conexiones. La distribuidora Camuzzi confirmó que a partir del 5 de enero de 2026, quienes cuenten con la aprobación técnica de sus instalaciones internas podrán solicitar el suministro, un alivio concreto para más de 15.000 viviendas que esperaban esta posibilidad.

La medida cierra un capítulo crítico que se abrió en julio de 2022, cuando la falta de capacidad en el sistema obligó a suspender nuevas conexiones para garantizar el abastecimiento de usuarios ya conectados. En ese período, la demanda quedó congelada mientras las obras de ampliación avanzaban entre demoras y complejidades técnicas.

El gobernador Alberto Weretilneck celebró el desenlace como resultado del trabajo articulado entre las tres provincias patagónicas y Camuzzi. "Este resultado es fruto del trabajo conjunto con Neuquén, Chubut y Camuzzi, para llevar energía y desarrollo a nuestras comunidades", expresó el mandatario rionegrino, quien destacó la coordinación interjurisdiccional para destrabar una demanda histórica en la región.

La ampliación del Gasoducto Cordillerano representa una obra estratégica que transforma la matriz energética de la Patagonia andina. El sistema abastece a San Carlos de Bariloche, El Bolsón, Ñorquinco, Pilcaniyeu, Dina Huapi, Comallo, Clemente Onelli e Ingeniero Jacobacci, entre otras localidades rionegrinas que dependen de este servicio para calefacción, agua caliente y cocina en una de las zonas más frías del país.

La repotenciación contempla la instalación de nuevas plantas compresoras en Alto Río Senguer y Holdich, además del montaje de un equipo adicional de compresión en la planta de Gobernador Costa. Estas intervenciones aumentan la capacidad de transporte y garantizan presión sostenida en todo el recorrido, condiciones indispensables para incorporar miles de nuevos usuarios sin afectar a los existentes.

La interconexión del Gasoducto Patagónico con el Gasoducto General San Martín constituye el eslabón clave de la solución. Esta vinculación entre sistemas mejora la confiabilidad del suministro y permite distribuir el flujo de manera más eficiente, reduciendo la vulnerabilidad ante picos de demanda en temporada invernal.

Camuzzi precisó que la inversión superará los $51.800 millones, un esfuerzo financiero significativo en un contexto donde la infraestructura energética en zonas alejadas representa un desafío logístico y económico permanente. El monto refleja no solo el costo de los equipos, sino también las dificultades de operar en regiones montañosas con condiciones climáticas extremas.

Para los habitantes de la cordillera, el anuncio significa el fin de una incertidumbre que afectaba proyectos de construcción, ampliaciones de comercios y la posibilidad de dejar atrás sistemas de calefacción más costosos y contaminantes como la leña o el gas envasado. Desde enero, la gestión de nuevas conexiones volverá a ser una realidad cotidiana en la región.