Por: Bache3000
La sesión del Concejo Deliberante del miércoles dejó un escenario complejo para la gestión de Walter Cortés. En primer lugar, el cuerpo aprobó el presupuesto 2026, que establece en qué se gastarán los recursos municipales durante el año próximo. Pero inmediatamente después, cuando tocó votar cómo se recaudarán esos fondos, la ordenanza fiscal cayó por falta de votos, arrastrando consigo a la tarifaria. El resultado expone las tensiones dentro del cuerpo legislativo y obliga al Ejecutivo a definir si intentará una nueva negociación o gobernará todo el año próximo con las herramientas tributarias actuales.
La discusión del presupuesto incluyó varios cruces y modificaciones que los concejales de oposición lograron imponer. La concejal Natalia Almonacid destacó un cambio importante que consideró positivo: "Presupuesto Participativo se cambió el concepto de asignar el Presupuesto Participativo a un programa específico porque no estaba siendo por dentro de la ordenanza de Presupuesto Participativo y sí se puso Presupuesto Participativo por delegaciones". Esta modificación, explicó, era "conducente con la ordenanza que votamos anteriormente que es de autoría de la concejal Roxana Ferreira".
Sin embargo, Almonacid condicionó su acompañamiento al presupuesto con un fuerte pedido político al Ejecutivo: que se siente a negociar con los trabajadores municipales. "Propiciamos y queremos que tengan un acuerdo, una mesa de reunión, entiendo que quizás ambas partes tienen que poner, pero con los trabajadores municipales que son quienes ejecutan este presupuesto en el territorio, quienes trabajan y desarrollan las actividades del municipio", planteó la edil, en referencia al reclamo salarial de fin de año que mantienen los empleados municipales. "Creo que en este contexto es necesario remarcar que propiciamos sí un arreglo, un acuerdo para un fin de año con los trabajadores municipales adentro de la gestión y no afuera en la calle reclamando por algo que vienen pidiendo", insistió.
Durante el tratamiento del presupuesto también se registraron modificaciones técnicas importantes. Julieta Wallace logró que se incorporara la mención explícita al "cumplimiento ordenanza 3349" en la partida destinada a remediación del CRUM, que cuenta con 3.500 millones de pesos. "Esa remediación tiene que ir al único y solo efecto dar cumplimiento a esta ordenanza", fundamentó la concejala. También se eliminó del proyecto la referencia a "elaboración de informes" vinculada al canon de Campanario, por considerar que ese canon no estaba destinado a ese fin específico.
Otro cambio significativo surgió del pedido de varios concejales para eliminar el artículo 5 del proyecto de ordenanza presupuestaria, que condicionaba la transferencia de recursos al mercado comunitario. El presidente del Concejo, Gerardo Del Río, accedió al reclamo tras consultar con el secretario de Hacienda: "Si a los ediles les parece suficiente el hecho de que se asuma el compromiso de llevar adelante la regularización del directorio y avanzar con el plan de acción, nosotros no teníamos ningún inconveniente en modificar el artículo quinto, que es justamente esa limitación".
Con estas modificaciones incorporadas, el presupuesto 2026 fue aprobado. Pero el panorama cambió radicalmente cuando llegó el turno de votar la ordenanza fiscal y la tarifaria, los instrumentos que definen qué tasas e impuestos pagarán los vecinos y comercios durante el año próximo.
Del Río sometió a votación el proyecto de ordenanza 459/25 que aprueba y reemplaza el anexo 1 de la ordenanza fiscal 2374. Antes de la votación, destacó el trabajo técnico realizado y agradeció "la predisposición de todos los equipos técnicos, no solamente de Hacienda, sino también de cada uno de los concejales". Reconoció que "no fueron muchas las modificaciones dentro de lo que es la ordenanza fiscal, pero sí fueron relevantes y fueron tenidas en cuenta".
Sin embargo, cuando llegó el momento de la votación, cuatro concejales votaron en contra: Julieta Wallace, Leandro Costa Brutten, Roxana Ferreyra y Facundo Villalba. Este último protagonizó uno de los momentos más tensos de la sesión cuando colocó literalmente dos huevos duros sobre la mesa del recinto mientras anunciaba: "Perdón, voy a poner los huevos arriba de la mesa. Llegó el momento".
Villalba arrancó reconociendo la predisposición del oficialismo pero marcó el problema de fondo: "Arrancamos mal a bajar tributos que no deberían haber estado desde un primer momento. Tuvimos 15 días discutiendo que le querían cobrar un millón 125 mil pesos a los instructores, que querían subir más de seis veces los derechos para los espectáculos públicos, los cobros que querían hacer, querían cobrar el uso del skatepark, del velódromo, de la pista de atletismo".
El concejal fue contundente sobre su posición: "Yo no quiero que suban mas los impuestos. Y no quiero que suban mas los impuestos por dos motivos. Primero porque no hace falta, porque la recaudación está en registros históricos, tal como lo vimos recién". Para fundamentar su argumento, analizó el presupuesto: "Vemos que es un presupuesto que es casi 40% más alto en dólares, casi que el que era el año pasado. ¿Cómo se explica eso si no hubo 40 puntos de inflación en dólares, ni acá, ni en Estados Unidos, ni en Europa, ni en ningún lado?".
Villalba incluso había preparado material para demostrar su punto: "Traje un gráfico porque tal vez no me entendían, porque son cuentas, puede ser un poco complejo, justamente lo imprimí, donde se da el salto por fuera de la escala que habíamos acordado en el Concejo Deliberante del módulo fiscal, se da en julio de este año". Con el gráfico en mano, explicó la maniobra que denuncia sobre cómo el Ejecutivo habría aumentado el módulo fiscal por encima de los topes acordados.
El concejal cerró su intervención con una frase contundente: "Ahora estoy mostrando que lo recaudado pasa de 100 millones a 140 millones de dólares. Hubo una pequeña inflación en dólares, pero no de 40%. Entonces, evidentemente están recaudando bien. No sé cómo quiere que se lo diga". Y remató: "A la política no hay plata, pero al revés".
Leandro Costa Brutten fue particularmente duro en su fundamentación del voto negativo. "Por supuesto porque no tiene sentido, por supuesto porque no somos masoquistas y por supuesto porque además entendemos que hay que ponerle límites a los que se creen todopoderosos, a los que se creen que están fuera de la ley y a los que creen que pueden hacer cualquier cosa y salir bien", disparó el concejal en plena sesión. Luego anticipó consecuencias electorales para quienes voten a favor de la ordenanza fiscal: "Yo les digo una cosa, nos van a juzgar a todos en las próximas elecciones. Seguramente algunos se van a tener que volver a su casa porque no los va a votar nadie, no sé quién, porque eso la gente lo sabrá". El edil cerró explicando que "es el momento ahora de plantear de por qué no acompañamos, por qué no vamos a ser más parte de lo que no corresponde y en este caso justificar nuestro voto".
Julieta Wallace aportó datos concretos para demostrar la magnitud de los aumentos: "Para muestra hace falta un botón en derecho de cementerio. Una persona que pagaba 14.920 pesos, 40 módulos fiscales, pasa a pagar 500.000. Otra que paga hoy en diciembre 29.840 va a pasar a pagar un millón de pesos en el cementerio. Para muestra hace falta un montón. Si eso no es un impuestazo y un aumento claramente desproporcionado".
La concejala además cuestionó que el oficialismo dijera que había receptado todas las modificaciones solicitadas: "Nosotros sí pedimos el módulo fiscal que se baje a 395 y no tomaron esa consideración. Así que no diga, presidente, que fueron tomadas todas las consideraciones. Yo estuve toda la mañana sentada trabajando, pero ahora ¿qué significa que uno se siente a trabajar y adelanta el voto? No, es parte de mi trabajo".
Wallace fue contundente sobre dónde recaen las responsabilidades: "La responsabilidad les cabe pura y exclusivamente al partido que gobierna. Pura y exclusivamente al partido que gobierna. Es así. Porque si ustedes no buscan los consensos frente a las opciones que le dimos nosotros, la responsabilidad es de ustedes". Y cerró: "Ustedes trajeron una tarifaria que está por encima, por encima del proceso inflacionario que se proyecta para el 2026. Por eso nosotros no lo acompañamos".
La caída de la ordenanza fiscal desencadenó un efecto dominó. Del Río explicó la situación: "La tarifaria nutre a la fiscal. No tener fiscal con las modificaciones que se incorporaron hace que no tengas tarifaria". Varios concejales coincidieron en que resultaba "casi innecesario" someter a votación la ordenanza 460/25, la tarifaria, cuando ya había perdido su sustento normativo. "Si no se aprueba la fiscal, la tarifaria no se puede aprobar, porque la tarifaria regula justamente, le da los números a lo que establece en normativa la ordenanza fiscal", explicó un edil durante el intercambio.
Antes de la votación de la tarifaria, Natalia Almonacid intentó una última negociación y detalló las modificaciones que había logrado: "Nosotros habíamos solicitado varias modificaciones, algunas ya se encuentran reflejadas en el presente proyecto. De esas voy a quizás marcar las más relevantes que tienen que ver con la actualización de las escalas de la evaluación fiscal". La concejala explicó que el oficialismo había propuesto fijar el módulo fiscal en 417 pesos, pero su bloque solicitaba 410: "Nosotros partimos de un módulo actual en 373, obviamente con compañera multiplicamos por 101 que es el 10,1 que es la inflación proyectada en el presupuesto nacional, eso nos da un valor de un módulo fiscal a 410, que es lo que nosotros seguimos proponiendo".
Almonacid también destacó otras conquistas en la negociación: "Reconocer que en función de lo que es la TISH, que son los dos tributos más relevantes de la municipalidad, se volvió atrás con las divisiones por zona, cosa que para nosotros era importante". Además: "Valoramos que hayan quitado los coeficientes correctores especiales que estaban directamente ligados a esa zona y a las actividades turísticas principalmente".
Del Río solicitó entonces un cuarto intermedio de cinco minutos para evaluar si receptaba las modificaciones propuestas por Almonacid. Al retomar, quedó claro que no habría cambio de posición en los votos negativos y la ordenanza tarifaria también fue rechazada.
El presidente del Concejo no escondió su preocupación por las consecuencias de este resultado. "Más allá de lo dicho y entendiendo que no vamos a plantear las modificaciones que se habían trabajado, simplemente manifestar que claramente se va a tener que reconducir tanto la fiscal como la tarifaria, lo cual va a traer aparejado complicaciones", advirtió Del Río.
El edil oficialista explicó el problema central: "Dentro de las modificaciones que se estaban planteando, habíamos establecido una modificación en las escalas. Esa modificación en las escalas claramente traía aparejado una situación beneficiosa para muchos sectores, que al no haberse actualizado la escala durante muchísimos años, hoy claramente van a quedar dentro del universo de aquellos que van a tener que abonar mucho más de lo que estaba establecido, porque nosotros acá le poníamos un tope, que era lo que se había trabajado con todos los bloques".
En otras palabras, al rechazar la nueva ordenanza fiscal, el municipio deberá aplicar las tasas vigentes de 2025, pero sin los límites o topes que el nuevo proyecto incluía para proteger a ciertos contribuyentes. La advertencia fue contundente: "Los tributos que tienen que pagar se van a disparar" cuando los vecinos reciban sus liquidaciones. Del Río dejó en claro que esta situación "puede llegar a tener aparejado alguna complicación que seguramente después vamos a tener repercusión en los vecinos".
El resultado final de la sesión deja al Ejecutivo Municipal en una encrucijada: deberá gobernar el año 2026 con un presupuesto aprobado que fija los gastos, pero sin ordenanza fiscal ni tarifaria nueva, lo que lo obligará a reconducir automáticamente las de 2025. Según el oficialismo, esto implicará aumentos mayores para los contribuyentes por falta de actualización de escalas y topes. La alternativa es intentar una nueva negociación con los bloques opositores para lograr consensos que hoy no existen. La oposición, por su parte, logró frenar aumentos que consideraba excesivos, aunque deberá enfrentar las consecuencias políticas de la reconducción automática de las tasas actuales.