Por: Bache3000
El concejal Facundo Villalba llegó preparado a la sesión del miércoles. No solo con argumentos, sino con evidencia concreta: un gráfico impreso que mostraba la evolución del módulo fiscal y dos huevos duros que colocó literalmente sobre la mesa del Concejo Deliberante antes de empezar su discurso. "Perdón, voy a poner los huevos arriba de la mesa. Llegó el momento", anunció mientras disponía los huevos frente a él. La escena anticipó lo que vendría: una de las fundamentaciones más duras y documentadas contra la ordenanza fiscal y tarifaria que el oficialismo intentaba aprobar.
"Llegó el momento, llegamos a lo importante, la tarifaria", arrancó Villalba. El concejal reconoció que "es cierto que hubo buena predisposición de parte de esta nueva Secretaría de Hacienda", pero inmediatamente marcó el problema de fondo: "Arrancamos mal a bajar tributos que no deberían haber estado desde un primer momento".
El edil enumeró entonces los aumentos que el Ejecutivo había incluido originalmente en el proyecto y que finalmente debió retirar tras las negociaciones: "Tuvimos 15 días discutiendo que le querían cobrar un millón 125 mil pesos a los instructores, que querían subir más de seis veces los derechos para los espectáculos públicos, los cobros que querían hacer, querían cobrar el uso del skatepark, del velódromo, de la pista de atletismo". Aunque reconoció que "es cierto que esto volvió atrás", advirtió que "el problema es lo que no volvió atrás".
Villalba contó que durante las negociaciones previas le repetían constantemente "algo tenés que ceder, algo tenés que negociar". Su respuesta fue directa y sin vueltas: "¿Por qué? Si yo no quiero que suban más los impuestos". Y explicó sus razones con claridad: "Y no quiero que suban más los impuestos por dos motivos. Primero porque no hace falta, porque la recaudación está en registros históricos, tal como lo vimos recién".
Para fundamentar su posición, el concejal analizó el presupuesto que el oficialismo acababa de aprobar minutos antes: "Después de la encendida defensa que escuchamos del presupuesto y de la fiscal por parte del oficialismo, vemos que es un presupuesto que es casi 40% más en dólares, casi que el que era el año pasado". La pregunta que lanzó a continuación resonó en el recinto: "¿Cómo se explica eso si no hubo 40 puntos de inflación en dólares, ni acá, ni en Estados Unidos, ni en Europa, ni en ningún lado?".
Villalba identificó entonces el problema central de la discusión, que no era solo la tasa de servicios municipales o la TISH, sino el módulo fiscal en sí mismo. "Porque hay un punto donde no quisieron ceder, que se lo venimos diciendo desde junio", señaló el concejal. Y fue en ese momento cuando desplegó su evidencia más contundente.
"Traje un gráfico porque tal vez no me entendían, porque son cuentas, puede ser un poco complejo, justamente lo imprimí, donde se da el salto por fuera de la escala que habíamos acordado en el Concejo Deliberante del módulo fiscal, se da en julio de este año", explicó mientras mostraba el material que había preparado.
Con el gráfico en mano, Villalba detalló la maniobra que denuncia: "Ahí vemos que hasta junio de este año, tanto el módulo fiscal real como el que debería ser, iban más o menos alineados. A veces uno iba más arriba, a veces uno iba más abajo. ¿Pero qué pasó en junio? En junio aprovechan, en julio, perdón, aprovechan que el aumento se hacía desde el original de 120 que se había votado en el 2023. Entonces, con ese original de 120 barrieron todos los topes que tenían los topes del RIPTE".
El concejal insistió con los números de la recaudación para reforzar su argumento de que no hacen falta aumentos: "Ahora estoy mostrando que lo recaudado pasa de 100 millones a 140 millones de dólares. Hubo una pequeña inflación en dólares, pero no de 40%. Entonces, evidentemente están recaudando bien. No sé cómo quiere que se lo diga".
Villalba dejó en claro cuál era su objetivo al votar negativamente: "No estamos dejando que se haga un impuestazo y el tope se va a mantener". Y cerró su intervención con una frase que sintetizó toda su posición: "No sé, ya se lo digo tal vez con una frase un poco más de moda. De los vecinos de Bariloche. A la política no hay plata, pero al revés".
Durante el debate, el concejal también aclaró su postura respecto a los aumentos en general para evitar cualquier confusión: "No estamos en contra de que el aumento acompañe la inflación. Es decir, que no sea un aumento real, que sea un aumento acorde a la inflación". El problema, según su análisis detallado, es que los aumentos propuestos por el oficialismo superan largamente la inflación proyectada y no se justifican cuando la recaudación municipal está en niveles históricos.
Villalba también señaló que el oficialismo había intentado presionarlo durante las negociaciones para que cediera en algunos puntos, pero él mantuvo su posición firme. "Después podemos darle la vuelta que quiera, pero lo cierto acá, lo que estamos haciendo. No estamos dejando que se haga un impuestazo y el tope se va a mantener", insistió.
El voto negativo de Villalba se sumó al de las concejalas Julieta Wallace y Roxana Ferreyra, y al del concejal Leandro Costa Brutten, conformando una mayoría opositora que terminó rechazando tanto la ordenanza fiscal 459/25 como la tarifaria 460/25. El resultado dejó al intendente Walter Cortés sin las herramientas tributarias que había proyectado para 2026 y obligará al municipio a reconducir las ordenanzas vigentes de 2025.
Los huevos duros sobre la mesa, el gráfico con el análisis del módulo fiscal y la contundencia de sus argumentos cargados de datos concretos quedaron como la imagen más fuerte de un concejal que decidió plantar una posición clara y documentada: no votar aumentos que considera injustificados cuando la recaudación municipal pasó de 100 a 140 millones de dólares sin que hubiera una inflación equivalente en esa moneda. "No sé cómo quiere que se lo diga", repitió Villalba, dejando en claro que su rechazo estaba fundamentado en números que, según él, el oficialismo no podía refutar.