sábado 20 de diciembre de 2025 - Edición Nº310

El Bardo de Siempre | 20 dic 2025

MY GOD

Una chispa de amoladora estuvo a punto de quemar el Sanatorio San Carlos: hay un detenido que será imputado este sábado

09:58 |Un incendio de grandes dimensiones en el cerro Runge, detrás del sanatorio, puso en riesgo al centro médico y a las viviendas del barrio Belgrano. Provincia confirmó que el foco se originó por trabajos con herramientas eléctricas en zona de bosque. La Fiscalía formulará cargos contra el responsable en los tribunales locales.


Por: Bache3000

Bariloche estuvo este viernes a un pelo de la tragedia, a una chispa nomás, y ahora resulta que fue justamente eso: una chispa. Una chispa que saltó de una amoladora mientras alguien trabajaba en el patio del Sanatorio San Carlos y que bastó para desatar el infierno en el cerro Runge, las llamas trepando por el bosque seco, el humo espeso sobre el barrio Belgrano, la gente mirando con los ojos muy abiertos cómo el fuego se acercaba a las casas, al sanatorio mismo, esa construcción blanca donde adentro había enfermos, gente internada, médicos, enfermeras, toda una vida que siguió latiendo mientras afuera todo se prendía.

Y uno podría pensar que estas cosas pasan, que son accidentes, que nadie quiere provocar un incendio de semejantes dimensiones, pero la verdad es que pasan porque alguien no pensó, porque alguien creyó que podía usar una herramienta eléctrica en medio del bosque en pleno verano patagónico, con todo tan seco que hasta el aire parece que va a explotar. Ese alguien quedó detenido, ese alguien va a tener que dar explicaciones este sábado por la mañana en los tribunales de Bariloche, y el Ministerio Público Fiscal le va a formular cargos, aunque los cargos no apaguen el fuego ni borren el susto.

Porque el susto fue mayúsculo. Los Bomberos Voluntarios llegaron, el SPLIF llegó, Protección Civil, la Municipalidad, Parques Nacionales, el Plan Nacional de Manejo del Fuego, todos llegaron y se pusieron a contener lo incontenible, a frenar las llamas que ya se habían desparramado por el cerro como si tuvieran vida propia, como si supieran exactamente adónde querían ir. Y lograron frenarlas, sí, evitaron la tragedia mayor, pero estuvieron cerca, muy cerca, a centímetros dice el gobernador Weretilneck, que no exagera cuando dice que estuvimos a muy poco de perder un sanatorio entero y de poner en riesgo vidas humanas.

El gobernador subió a sus redes sociales lo que todos estaban pensando: que la situación es frágil, fragilísima, que no se trata solo de no hacer fogones ni tirar colillas de cigarrillos, que también se trata de no soldar, de no usar una amoladora, de no dejar botellas de vidrio tiradas en el bosque porque hasta eso puede concentrar la luz del sol y generar el foco ígneo que lo prenda todo. Un solo descuido puede desencadenar una tragedia, dijo Weretilneck, y esta vez el descuido ya desencadenó algo que por poco fue peor.

Lo que queda ahora es la advertencia, la llamada de atención, el pedido de máxima responsabilidad que todos hacen pero que pocos escuchan realmente. Porque hay que entender que vivir en Bariloche, vivir rodeado de bosque, de naturaleza, de árboles que se ven hermosos pero que en verano son material inflamable, implica cuidar cada movimiento, cada decisión, cada chispa. Provincia confirmó que el incendio fue provocado por esa chispa de la herramienta eléctrica, y ahora hay un detenido y habrá una imputación y tal vez una condena, pero todo eso no cambia lo que pudo haber sido y no fue solo porque llegaron a tiempo, porque el viento no sopló más fuerte, porque la suerte todavía estaba de este lado.

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