Por: Bache3000

El pedido se limitó a ese viaje puntual, previsto entre el 22 y el 29 de diciembre de 2025. Pero la mujer también solicitó una autorización extendida: que le permitieran viajar con su hija al extranjero hasta que alcanzara la mayoría de edad, sin necesidad de iniciar un trámite nuevo cada vez. Explicó que ya había intentado sin éxito localizar al progenitor para otras gestiones, y que cada vez enfrentaba la misma dificultad: una búsqueda sin respuesta, gastos extras, fechas inciertas.

En la audiencia del 16 de diciembre, la mujer relató que uno de sus hijos jamás conoció al hombre. Su otra hija solo lo vio durante los primeros tres meses de vida. Contó que el padre cambió varias veces de trabajo y de domicilio, en lo que interpretó como una estrategia para evitar ser localizado. También detalló que el vínculo afectivo se perdió hace años y que, en su lugar, logró mantener una relación fluida con la abuela paterna y las tías, quienes la reciben regularmente con los niños.

Ese mismo día, el padre había sido citado a declarar. No fue. Aunque recibió la notificación, no se presentó ni dio aviso. Tampoco se involucró en otros procesos vinculados, como la ejecución de alimentos y la homologación de acuerdos.

La Defensora de Menores tomó intervención en la causa. Tras revisar los antecedentes y escuchar el testimonio, dictaminó que no tenía objeciones. En su escrito destacó la ausencia total del progenitor y consideró que el viaje respondía al interés familiar y al derecho de la niñez a disfrutar del tiempo libre durante el receso escolar.

La jueza analizó también una cuestión legal de fondo: el niño más pequeño no necesita autorización judicial para salir del país, ya que no tiene vínculo filial reconocido con el hombre. La solicitud, entonces, se centró en la hija que sí lleva su apellido.
La normativa establece que para viajar al exterior, un menor necesita el aval de ambos progenitores. Pero también prevé que, en casos como este, el Poder Judicial pueda intervenir para evitar que una negativa o una ausencia impidan el ejercicio de derechos básicos.

En este caso, el fallo consideró que no existían motivos para rechazar la solicitud. Autorizó a la niña a salir del país con su madre hasta que cumpla la mayoría de edad. Y aclaró que la medida no incluye un permiso de radicación definitiva en el extranjero.

Así, apenas tres días antes del viaje, la familia recibió la autorización para celebrar Navidad en Temuco. Un viaje simple, familiar, de esos que se esperan durante todo el año. Un cruce de cordillera con abuelos, hijos y una madre que ya no tendrá que iniciar otro expediente para volver a hacerlo.