Por: Bache3000
Bravo es una figura inseparable de la historia cultural de Bariloche. Como propietario y alma del "Clanestino", el bar ubicado en la esquina de Belgrano y 20 de Febrero, logró crear un espacio que trascendió lo meramente comercial para convertirse en un verdadero punto de encuentro de la escena artística local. Durante años, sus paredes fueron testigo de innumerables noches de música en vivo, donde se cruzaron tanto artistas locales como músicos de renombre internacional.
El "Clanestino" no fue solo un bar, sino un espacio de resistencia cultural donde se tejieron historias, amistades y carreras musicales. Su cierre dejó un vacío en la noche barilochense, pero su legado perdura en la memoria de quienes lo frecuentaron. La fiesta organizada para recordar al mítico local fue una muestra del impacto que dejó en la ciudad, reuniendo a generaciones que compartieron aquellas noches de música y encuentro.
Hace unos meses había sufrido un ACV que había dañado su salud. Y eso le aparejó las actuales complicaciones.
En estas horas difíciles, la comunidad artística y cultural de Bariloche se mantiene pendiente de su evolución. Se sabe que sus familiares lo están acompañando mientras permanece internado en terapia intensiva..