Por: Bache3000
Lo que debía ser un viaje nocturno de rutina entre Las Grutas y San Carlos de Bariloche se transformó en una odisea para los pasajeros de la empresa Las Grutas, que permanecieron varados durante horas a la vera de la ruta en medio de la oscuridad y el calor.
La primera falla mecánica ocurrió cuando el vehículo circulaba por la zona de Valchera, obligando al chofer a detenerse al costado de la ruta. Después de intentar reparar el desperfecto y continuar la marcha, el micro volvió a descomponerse cerca de Comallo, dejando a todos los ocupantes en una situación de vulnerabilidad que se extendió durante horas. Sin agua disponible a bordo, los pasajeros comenzaron a manifestar su indignación ante la ausencia de respuestas concretas por parte de la empresa, que no brindó asistencia inmediata ni información clara sobre cuándo llegaría una solución.

Ante la gravedad de la situación y el estado de los viajeros, personal policial que patrullaba la zona se acercó al lugar para proveer agua a quienes permanecían esperando bajo condiciones cada vez más precarias. La intervención de las fuerzas de seguridad resultó fundamental para aliviar al menos una de las necesidades básicas de los afectados, mientras la empresa demoraba en enviar una unidad de reemplazo que permitiera retomar el trayecto interrumpido.
Recién hoy a las once y media de la mañana (tenía que llegar a Bariloche 8.30) arribó finalmente otro colectivo para trasladar a los pasajeros hacia la ciudad lacustre. El episodio reaviva las críticas recurrentes sobre el estado del parque automotor de la empresa Las Grutas, único transporte que realiza el tramo Bariloche - Viedma por la ruta 23, además de la falta de mecanismos efectivos para asistir a los usuarios cuando se producen este tipo de inconvenientes en rutas alejadas de los centros urbanos, donde las opciones de ayuda son limitadas y las condiciones climáticas pueden agravar rápidamente cualquier emergencia.