lunes 31 de marzo de 2025 - Edición Nº46

El Bardo de Siempre | 5 mar 2025

MÁS ALLÁ DE LOS RESIDUOS

Qué pasa con los vecinos

La problemática de los vertederos a cielo abierto trasciende la mera gestión de residuos y se convierte en una crisis multidimensional que afecta directamente a la comunidad, su salud y su percepción política. La crisis de la política, no permite que se genere un esquema de confianza entre vecinos y una dirigencia capaz de llevar el resultado a buen puerto. Fueron demasiadas promesas, mucho uso político, y pocos (o nulos) avances.


Por: Bache3000

La tarde cae en el barrio Nahuel Hue, y María Ángela observa desde su ventana la columna de humo que se eleva en el horizonte. "Ya van tres días así", dice mientras cierra las ventanas de su casa para evitar que el aire tóxico invada su hogar. Como ella, cientos de vecinos conviven diariamente con las consecuencias directas del vertedero a cielo abierto de Bariloche, un problema que trasciende lo ambiental para convertirse en una crisis de salud pública y desconfianza política.

"Mi hijo tiene asma desde los cinco años. Los médicos nos dijeron que es por la contaminación, pero ¿adónde vamos a ir? Acá está nuestra casa", relata Jorge, quien vive a menos de un kilómetro del vertedero.

Las estadísticas del centro de salud local confirman un aumento de casos de enfermedades respiratorias en los últimos cinco años, especialmente en niños y ancianos de las zonas cercanas al basurero municipal.

La situación se agrava cuando llueve. Los lixiviados, esos líquidos oscuros producto de la descomposición de residuos, se filtran hacia los arroyos cercanos. Daniela, bióloga local, ha documentado la presencia de metales pesados en muestras de agua: "Encontramos niveles de plomo y mercurio muy por encima de lo permitido. Esto no sólo afecta a quienes consumen esa agua, sino que podría ingresar a la cadena alimentaria a través de cultivos y animales".

"Cada campaña electoral es lo mismo", comenta con amargura Roberto, referente vecinal del barrio Unión. "Vienen, sacan fotos, prometen soluciones inmediatas y después... nada".

Esta dinámica ha generado un profundo descreimiento en la política local. Un relevamiento reciente mostró que el 82% de los vecinos afectados considera que los políticos utilizan el problema del vertedero como "bandera electoral" sin intención real de resolverlo.

El caso del vertedero de Bariloche ilustra perfectamente cómo las promesas incumplidas erosionan la confianza ciudadana. "En 2019 nos dijeron que en seis meses tendríamos una planta de tratamiento. En 2021 que estaba el financiamiento asegurado. En 2023 que ya había acuerdos firmados. Estamos en 2025 y seguimos igual", enumera Claudia mientras muestra carpetas llenas de recortes periodísticos y documentos oficiales. "Después se preguntan por qué la gente no cree en nada".

La desconfianza no es infundada. Treinta años de campañas políticas consecutivas han utilizado el tema como eje, pero las soluciones concretas no llegan. Mientras tanto, el vertedero sigue creciendo y los casos de cáncer, problemas dermatológicos y enfermedades gastrointestinales aumentan en las zonas aledañas. "Mi hermana desarrolló un linfoma. Vivimos aquí toda la vida, y los médicos dicen que podría estar relacionado con la exposición prolongada a estos contaminantes", cuenta Elena.

El problema trasciende lo partidario para convertirse en un símbolo del quiebre entre ciudadanía y clase política. "Ya no importa quién gobierne, todos mienten", sentencia Francisco, de 67 años, mientras atiende una consulta por irritación ocular, otra dolencia común entre quienes viven cerca del basural.  

"Vemos patrones claros. Después de cada incendio en el vertedero, las consultas por problemas respiratorios se triplican", señala Laura, vecina y estudiante del CRUB, precisamente de la carrera de biología.

Las consecuencias de esta situación son dobles: por un lado, una población que sufre efectos directos en su salud y calidad de vida; por otro, una democracia local debilitada por la pérdida de credibilidad. "Cuando los políticos usan problemas reales como simples herramientas de campaña, no solo fallan en solucionar esos problemas, sino que destruyen la confianza pública", reflexiona Alicia. Mientras tanto, otra columna de humo se eleva desde el vertedero, recordando que detrás de cada promesa incumplida hay personas reales sufriendo consecuencias concretas.

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