

Por: Bache3000
Detrás de los grandilocuentes anuncios y la retórica triunfalista del gobierno de Walter Cortés, existe una realidad mucho menos brillante que la municipalidad convenientemente omite.
La planta hormigonera, presentada como un "orgullo para la comunidad" y un "faro de innovación", se encuentra actualmente bajo investigación penal por graves irregularidades en su adquisición. Según pudo confirmar este medio, la maquinaria fue comprada a un precio exorbitante, aproximadamente tres veces superior a su valor real de mercado, mediante una operación triangulada con una empresa fantasma creada apenas días antes de que se realizara el millonario pago municipal.
Las sospechas de irregularidades se agravan significativamente al examinar la documentación de compra. Bache3000 tuvo acceso a la factura emitida el 25 de agosto de 2024 por un total de 192 millones de pesos. Lo más llamativo es que el documento no fue emitido por INDUMIX, fabricante original de la maquinaria, sino por una empresa denominada F&J, que apenas contaba con días de inscripción en AFIP al momento de la millonaria transacción.
La factura en cuestión describe la compra de una máquina "Indumovil 80 Classic", supuestamente "nueva". Sin embargo, las pericias realizadas han constatado que el equipamiento presenta partes usadas, lo que contradice frontalmente la descripción de la factura y sugiere que el precio pagado fue una mera invención para justificar el desembolso.
El escándalo adquiere dimensiones aún más graves tras las declaraciones exclusivas que INDUMIX brindó a este medio el 9 de septiembre de 2024. La empresa fabricante reconoció que nunca vendió una máquina del modelo "Indumovil 80 Classic" a la municipalidad de Bariloche, aunque sí había cotizado otro modelo, la "Indumix 60", venta que finalmente no se concretó. Estas declaraciones desmienten categóricamente las afirmaciones públicas del propio intendente Cortés sobre la procedencia del equipamiento.
Mientras el comunicado oficial habla de "tecnología de punta" y "operación fluida y eficiente", fuentes internas de la municipalidad reconocen que la capacidad productiva de la planta es irrisoria frente a las necesidades reales de la ciudad. Con el volumen de hormigón que podrá generar, apenas se alcanzarán a pavimentar tres calles al año, una cifra que palidece frente a las 37,5 (promedio) calles anuales que se pavimentaban durante la gestión del exintendente Gustavo Gennuso mediante la contratación de empresas especializadas.
Para empeorar el panorama, este medio pudo confirmar que el costo del cemento producido por la controvertida planta será aproximadamente tres veces superior al precio de mercado, multiplicando así el despilfarro de recursos públicos. Fuentes cercanas al municipio revelan que detrás de esta apresurada inauguración hay un intento desesperado del intendente Cortés por mostrar la máquina en funcionamiento antes de la llegada del invierno, buscando justificar la cuestionada inversión ante una ciudadanía cada vez más escéptica y una justicia que avanza (lento) en la investigación.
Como si esto fuera poco, el timing elegido para este "hito histórico" no podría ser peor: se avecina el invierno patagónico, temporada en la que las condiciones climáticas imposibilitarán cualquier trabajo significativo en las calles de la ciudad.
"Cada ladrillo colocado no solo es un trozo de hormigón; es un ladrillo en la construcción de un futuro mejor para todos", reza el comunicado municipal. Lo que no dice es que cada uno de esos ladrillos costó a los contribuyentes barilochenses tres veces más de lo que debería, en una operación que huele a corrupción y que está siendo investigada por la justicia.
Mientras la municipalidad pide a los vecinos que "colaboren para facilitar esta transformación histórica", los barilochenses se preguntan si no estarán siendo testigos de una histórica estafa a las arcas públicas, disfrazada de progreso e innovación.